Con bandera de conveniencia y mimbres poco habituales hizo el Celta un guiño a la Copa, una competición secundaria, que los chicos de Luis Enrique no parecen dispuestos a dejar correr sin presentar batalla. Superó el conjunto de Luis Enrique al Athletic, equipo copero por antonomasia con altas expectativas en la competición, que recurrió en vano a todo su arsenal en Balaídos.

El instinto depredatorio de Santi Mina, que festejó su mayoría de edad con el gol de la victoria, desequilibró la balanza de un duelo entretenido e igualado de fuerzas que dejó un reguero de buenas noticias en el eficaz rendimiento de futbolistas poco habituales (Sergio, Jony, Kronh-Dehli, Orellana Bermejo, además de Mina), que piden paso.

Los celestes, en un alarde de coraje y rigor competitivo, llegan muy vivos -cualquier gol que marquen obligará al Athletic a hacer dos- a San Mamés, que dictará sentencia.

apuesta valiente

Luis Enrique mezcló en este primer asalto copero un puñado de titulares con jugadores menos utilizados aunque con cierto peso en la vida competitiva del equipo. El técnico reservó a Oubiña, Yoel, Charles y Toni y mantuvo en el once a Mallo, Álex López Nolito, Cabral o Costas, junto a hombres menos habituales como Orellana Jony, Krohn-Dehli o Santi Mina, que no defraudaron. Una apuesta de partida osada, sin pivote defensivo natural, con el danés en el eje de la línea y el ferrolano y el brasileño a sus flancos por detrás del tridente de vanguardia con Mina como nueve y Orellana y Nolito en los extremos.

aviso a navegantes

La elección del once supone un aviso a navegantes (y una velada invitación de salida con vistas al mercado invernal) para Jonathan Vila, David Rodríguez, Bellvís y Madinda, relegados de nuevo a la improductiva tarea de vestir santos.

el athletic, más incisivo

Ernesto Valverde, el preparador del Athletic, formó con un once bastante más reconocible que, salvo por la presencia de Herrerín bajo el travesaño no diferiría del de cualquier partido de Liga. Sin ir más lejos, el técnico rojiblanco alineó ayer en Balaídos a los mismos jugadores de campo que la pasada semana derrotaron en Liga al Barcelona. Y con semejantes mimbres no tardó el Athletic en sacudirse la voracidad del Celta, al que no bastó su diligencia e intensidad en la presión en campo contrario para sujetar a su competente adversario, que llevó más tiempo la iniciativa y dispuso de un par de ocasiones bastante claras -Muniain tiró el balón fuera en boca de gol en el minuto 11 y Sergio tuvo que emplearse a fondo para desactivar un doble disparo de Ander Herrera y Muniain- para ponerse en ventaja en la eliminatoria.

Fue no obstante Susaeta el que desnudó de nuevo las carencias defensivas del Celta en las jugadas de estrategia bombeando un balón por encima de la defensa que dejó a San José frente a Sergio y que el zaguero vasco envió fuera con el portero celeste a su merced.

mina y herrerín

El fútbol acostumbra a hacer extraños compañeros de viaje, concede y niega revanchas. Hace unos meses, en la inauguración de San Mamés, Santi Mina se convirtió en el goleador más joven de la historia del Celta después de cabecear un buen centro de Toni superando la salida en falso de Herrerín. Ayer, justo cuando el precoz artillero celeste festejaba su mayoría de edad, fue el portero del Athletic el que le amargó la faena a Mina desactivando con el pie un mano a mano con el delantero vigués. El joven cancebero del Athtletic sacó también tras el intervalo una mano portentosa que hizo estéril un gran remate de cabeza del artillero céltico tras un córner botado por Rafinha.

Parecía que el chico iba a irse sin festejar su cumpleaños cuando un clamoroso error de Gurpegi dejó a Mina de nuevo frente a frente con el portero. Y esta vez no hubo piedad. Tras estrellar el primer remate en el cuerpo de Herrerín, el chaval cazó con oportunismo el rechac y eligió con parsimonia la trayectoria del disparo para sortear al defensa que le obstaculizaba. Un gol que vale tesoro.

vila, madinda, Bermejo

Los cambios, lejos de restar potencial al Celta, mejoraron las prestaciones del equipo, que tras el impulso del gol de Mina se lanzó definitivamente a la yugular del Athletic. Vila entró por un renqueante Costas y no desentonó pese a la larga inactividad; Madinda relevó con buenas prestaciones a un Rafinha que dejó buenos detalles pero al que faltó continuidad y Bermejo hizo sacudirse los cimientos de Balaídos cuando suplió en e tramo final a un incisivo Orellana.

Balaídos vuelve a proporcionar buenas noticias. De la portería (Sergio evitó con otras dos grandes intervenciones que Muniain y Aduriz anotasen en el segundo tiempo) a la delantera, el Celta funcionó con eficacia.