Cerillo, en su hora más dramática

Indignación, orgullo y dolor en el regreso del Academia Octavio de su desplazamiento a Antequera. Meritorio empate en la cancha del poderoso equipo andaluz (25-25), obtenido pese a las ausencias de Fran González, Manu Martínez, Chantada, Javito y Vargas. Los académicos están enfadados con la actuación arbitral. Presumen de su reacción, cuando perdían de seis goles a falta de veinte minutos. Pero sobre todas esas sensaciones se impone la preocupación. Cerillo, el capitán y máximo artillero, se lesionó al comienzo de partido. El vigués teme haberse roto nuevamente el ligamento cruzado de la rodilla derecha, que se operó en 2011. Hoy será revisado por Juan José García Cota en A Madroa.

Fue antes del minuto 10. Cerillo fintó, le tocaron un poco y realizó un mal apoyo. Enseguida sintió la misma sensación que en aquel partido ante el Huesca en abril de 2011, de fiesta porque dejaba sentenciado el ascenso a Asobal, pero de triste recuerdo para él.

Existen dudas. Una fisioterapeuta del Antequera lo exploró. A primera vista, la rodilla le parecía bastante estable. No se le ha hinchado tanto como en la ocasión anterior. Ayer, al volver a Vigo, también acudió a su propio fisio de cabecera. Pero el diagnóstico debe esperar. Cota podrá aclarar algo más el panorama, a la espera de las pruebas diagnósticas más precisas.

Cerillo sospecha lo peor. Si se confirmase la peor previsión, meditaría su retirada. El proceso de recuperación resulta duro a sus 33 años. Pero aún falta mucho que estudiar y debatir. El Octavio, aunque tiene en Jabato a un sustituto solvente en esa demarcación, es consciente del peso de Cerillo y cruza los dedos.