La pontevedresa Bea Gómez cerró ayer su primera participación en un Mundial absoluto con la satisfacción y la confianza de haber cumplido con una etapa más de su evolución como nadadora y que la señala como una de las indiscutibles esperanzas españolas. A sus 18 años la nadadora del Galaico participó en cuatro pruebas (200 estilos, 400 estilos, 800 libre y el relevo 4x200) de las cuales solo pudo meterse en la final del relevo en la que una excelente última posta le valió para que España lograse un meritorio quinto puesto.

Ayer, en su despedida de la competición, quedó eliminada en los 400 metros estilos y declaró que lo más positivo que saca de estos campeonatos es aprender de los errores.

"De lo que he aprendido sobre todo es a no fiarme de la que nada al lado y a hacer mi carrera, como ocurrió en el 800", dijo.

Gómez, nacida en 1994, fue decimocuarta en las series de la mañana con un tiempo de 4:42.78, a 10.06 de la más rápida, la húngara Katinka Hosszu.

"Sabía que era duro, es una prueba muy dura y aparte han corrido bastante por la mañana. Estaba difícil entrar en la final, pero, bueno, me llevo mi segunda mejor marca, encima por la mañana, que siempre nos cuesta un poco más despertar. Estoy contenta con esta prueba", explicó la nadadora de Pontevedra. De hecho, siempre sus entrenadores han explicado que lo que necesita Bea Gómez para mejorar sobre todo es acostumbrarse a que en las grandes competiciones el paso para las finales se gana madrugando mucho, en pruebas que se disputan a primera hora de la mañana y que a la gallega se le suelen atragantar un tanto.

"La experiencia ha sido muy grande. Poder nadar un Mundial en casa con todo el apoyo del público y poder participar en tantas pruebas. Yo creo que he crecido mucho como nadadora, me llevo grandes recuerdos de este Mundial. Ha sido una experiencia muy positiva para el futuro", consideró.

"Sobre todo los errores te hacen que crezcas más como nadador. Es de los que más se aprende. El no fiarte de los que tienes a tu lado y hacer tu prueba, que es lo que me pasó en el 800 metros en los que me equivoqué al querer seguir a una nadadora en concreto sin pensar en el ritmo que realmente me convenía. Pero a ver qué tal me va en los próximos", añadió.

Lo que sí vino a confirmar la gallega es su inminente cambio en la rutina de sus entrenamientos. Preguntada si cambiará de centro de entrenamiento y dejará Pontevedra, Gómez respondió: "Sí, me voy a tener que ir de allí, pero todavía no tengo un sitio fijo. Lo más seguro es que me vaya al Santa Olaya (de Gijón) con mi entrenador de ahora (José Rivera), pero todavía no lo he decidido fijo".