Pichi Lucas ha dejado de pertenecer al Celta, al que regresó en febrero de 2012 para dirigir al filial, que trataba de eludir el descenso a Tercera División. El objetivo deportivo no se consiguió. El club le prorrogó el contrato y, tras una brillante temporada, los canteranos célticos recuperaron de nuevo la categoría de bronce.

El que fuera máximo goleador del Celta en los años ochenta, apenas pudo saborear la alegría de este ascenso a Segunda B, pues el club le comunicó días después de concluir el curso que no seguiría con el filial. El elegido para sustituirle fue David de Dios, del juvenil.

Le proponían que pasase a los despachos, pero Pichi nLucas rechazó la oferta. Pretende continuar como entrenando, aunque sabe que tendrá que esperar una oportunidad, pues se quedó sin opciones de encontrar otro equipo. Su trabajo con el Celta B se prolongó más de lo esperado, cuando ya casi todos los banquillos están ocupados.

Seguirá residiendo en Vigo y se centrará en ver fútbol, a la espera de una nueva oportunidad. Oviedo, Cartagena, Ponferradina y Compostela son sus avales como técnico, además de la labor que realizó con el filial.

"Le agradezco el interés que ha mostrado el Celta por que siguiese vinculado al club, pero quiero seguir entrenando. Ahora descansaré un poco, porque fue una temporada de mucho desgaste. Veré mucho fútbol y después me pondré a esperar alguna oportunidad. No me encontraba demasiado cómodo como ojeador", comenta Pichi Lucas al anunciar que se va nuevamente de la que considera su casa.

Miguel Torrecilla, director deportivo, había anunciado su continuidad. "La idea es que pertenezca al grupo de trabajo de ojeadores". Pichi Lucas prefiere entrenar. El fútbol a pie de campo es su pasión.