A rey muerto, rey puesto. Traspasado Iago Aspas al Liverpool, el celtismo ha elegido como nuevo ídolo a Rafael Alcántara do Nascimento (Sao Paulo, Brasil, 1993). Rafinha entusiasmó a la afición en su presentación en la tarde de ayer en Balaídos como nuevo jugador del Celta. Después de intensas semanas de negociación, el club vigués logró que el Barcelona le cediese a la joven promesa por una temporada y que se hiciese cargo de algo menos de la mitad de su ficha anual. El Celta pagará 600.000 euros por un futbolista que reclamaba Luis Enrique para su proyecto en Vigo, para reforzar la línea de ataque, junto a Nolito y a Charles.

Alrededor de cuatro mil personas, según los cálculos del club, se dieron cita en el estadio vigués para saludar al cuarto fichaje del verano del Celta. La multitud reunida en las gradas de Preferencia y de Tribuna sorprendió a todos, incluso al representante del futbolista de 20 años, el veterano Ginés Carbajal, que comparó el acto con la presentación de una estrella del Real Madrid o el Barça.

Habría que remontarse bastante tiempo atrás, hasta el Celta que competía en Europa, para encontrar una presentación que levantase tanta pasión en Vigo.

Al protagonista del acto de ayer también le cogió por sorpresa el interés que provocó su presencia en el estadio donde triunfó su padre, Mazinho. "Hola, buenas tardes", dijo con voz temblorosa Rafinha en la sala de prensa, donde fue presentado por el consejero Pedro Posada y el director deportivo céltico, Miguel Torrecilla. "No soy de los que se pone muy nervioso en estos casos, pero tengo que admitir que viniendo hacia aquí en coche con Miguel (Torrecilla) y viendo a todas esas personas y a la familia en tu presentación... Se te ponen los pelos de punta, porque para mí es un día muy emotivo, sinceramente, por poder realizar este sueño de poder jugar en Primera División y con el Celta. Un equipo del que siempre he sido aficionado, mi familia, un buen entrenador... he tomado la mejor decisión. Para mí es un día muy grande", proclamó Rafinha.

El prometedor futbolista brasileño desconoce qué número llevará en la camiseta del Celta, ni sabe en qué posición lo situará Luis Enrique, con el que ya coincidió en el Barça B y al que saludó por la mañana en A Madroa. Él se siente "mediocentro, pero juego en cualquier posición, como si quieren ponerme de defensa".

De su versatilidad habló Torrecilla. "La llegada de Rafinha supone completar el puzle en lo que se refiere a un jugador ofensivo que nos demandaba Luis Enrique. En estos años en el Barça B, a Rafinha se le ha visto jugar de interior, en banda, a pierna cambiada, de falso nueve? No es un futbolista encorsetado en un sitio sino que se siente cómodo cerca del área, con una muy buena definición, con un muy buen último pase. Es un jugador que viene a cubrir las expectativas de lo que estábamos buscando para completar lo que es todo el sistema ofensivo del equipo".

Horas antes, el presidente del Celta subrayaba que no habrá más refuerzos en ataque si David Rodríguez convence a Luis Enrique esta pretemporada. El club busca un lateral izquierdo en el mercado internacional.

Y el celtismo espera que Rafinha sea algo más que la pieza que complete el ataque. Por el entusiasmo con que lo recibió ayer, ya es el ídolo de la afición. Viene a cubir el vacío que dejó Aspas.

Antes de salir al campo, Rafinha se acordó de su hermano mayor, Thiago, que ayer viajó a Múnich para fichar por el Bayern. Los Alcántara levantan el vuelo tras casi una década en Barcelona: "Quiero que mi hermano sea feliz en el equipo que él decida. Yo siempre lo voy a apoyar".

Escoltado por casi toda la directiva que preside Carlos Mouriño, familiares, amigos y medios de comunicación, Rafinha se dio un baño de multitudes en Balaídos, en el estadio donde correteaba con Thiago en la niñez. Ayer volvió para recibir el cariño del celtismo, que le obligó a besar el escudo y reventó una valla al abalanzarse para posar junto al nuevo ídolo.