El celtismo ya tiene nuevo ídolo. Cuatro mil personas acudieron esta tarde al coliseo vigués a dar la bienvenida a Rafinha Alcántara. Pasado y presente se juntaban en Balaídos. El hijo pequeño de "O Rei" Mazinho se convertía pasadas las 15:00 horas en nuevo jugador del Celta. "Es un sueño volver a casa", afirmaba el internacional brasileño a su llegada ayer a Peinador.

Tras la presentación ante los medios de comunicación, llegaba el momento de que Rafinha Alcántara pisase Balaídos con la zamarra celeste. El celtismo brindaba al hijo de Mazinho un recibimiento multitudinario. Cuatro mil personas le daban la bienvenida a un jugador que está llamado a liderar la Brasil del futuro.

La grada mostraba una ilusión casi sin precedentes. Los aficionados no sólo se rendían al nuevo fichaje del equipo de Luis Enrique, sino que también le dedicaban cánticos a Mazinho, un jugador clave en la época dorada del Celta

Rafinha agradecía el cariño del celtismo regalando balones a la grada. El brasileño y la hinchada protagonizarían poco después una de las anécdotas del evento. Al posar junto a los aficionados, la presión que se hizo sobre la valla que separa Preferencia del terreno de juego acabó cediendo, lo que provocó tanto la caída de Rafinha como de algunos hinchas. Al final todo quedó en un susto. Fue una consecuencia de la "Rafinhamanía" que se ha desatado en la presentación de uno de los referentes del Celta de Luis Enrique.