Es el número que caracteriza a los jugadores franquicia. El “10” recuerda a Messi, Pelé o Diego Armando Maradona. Este dorsal también tiene historia en el Celta. Desde que cada jugador tiene su respectiva “matrícula”, mediados de la década de los 90, han sido ocho los jugadores que han llevado sobre su espalda este legendario número.

Iago Aspas es el único que se ha formado en las categorías inferiores. La factoría de A Madroa, además de especializarse en la “fabricación” de laterales, ha ampliado su producción a estrellas como el moañés, centrocampistas como Oubiña o Álex López o guardametas como Yoel o Rubén Blanco. El delantero morracense abandona Vigo como uno de los mejores “10” que ha vestido la zamarra celeste. Se va a Liverpool siendo uno de los grandes ídolos de la afición, firmando 50 goles en 150 partidos disputados en competición oficial, así como un buen número de asistencias.

Iago Aspas deja huérfano un dorsal que tuvo como primer propietario a Vlado Gudelj, actual delegado del equipo. Tras el bosnio lo luciría Mostovoi, considerado por muchos el mejor futbolista de la historia del conjunto vigués. Con la marcha del Zar llegarían los años del Celta en Segunda División -con el paréntesis de las dos campañas en la máxima categoría. Jandro, Javi Guerrero, Bamogo y Canobbio no lograron asentarse como el “10” celeste.

El número pesaba en los tiempos más difíciles en el Celta. La estabilidad con el diez a sus espaldas llegó con Roberto Trashorras. El de Rábade, que pasó por las categorías inferiores del FC Barcelona y el Real Madrid, estuvo tres temporadas en Vigo. Puso rumbo a Vallecas cuando el equipo que dirigía Paco Herrera se había quedado en Los Cármenes a un paso de retornar a Primera División.

Fue entonces cuando llegó el momento de Iago Aspas. El moañés asumió la responsabilidad y se enfundó el “10”. Fueron sus dos mejores años como profesional. El morracense se confirmó como el mejor goleador nacional en Segunda (23 dianas), siendo una de las claves del ascenso del Celta a la máxima categoría.

Su adaptación a Primera fue meteórica. En la primera vuelta del campeonato presentó su candidatura a jugador revelación de la temporada. Su técnica, velocidad y olfato goleador despertaron el interés de una gran parte del fútbol europeo. El Valencia, el Swansea, el Reading, el Benfica, el Nantes o el Dinamo de Kiev fueron algunas de las “novias” que sonaron en el mercado de invierno.

Al final, el destino de Iago Aspas será el Liverpool, uno de los grandes clubes del mundo. Con los “reds” vuelve a asumir responsabilidad. Portará el “nueve”, un número con el que Fernando Torres enamoró a la Premier League. La incógnita, en Vigo, es quién llevará a sus espaldas el “10” que ha dejado huérfano “el genio de Moaña”.