El Celta se desprende de su hombre franquicia. Los nueve millones del Liverpool ponen fin a un vínculo que comenzó a mediados de los 90. Muchos celtistas recuerdan los primeros pasos del moañés en las categorías inferiores. En el filial era uno de los futbolistas llamado a marcar una época en el primer equipo junto a su gran aliado, Dani Abalo. “Era un espectáculo verlos jugar juntos en Barreiro”, comentaba un aficionado hace unos días.

Hoy todo ha terminado. Su desembarco en el primer equipo deja unas cifras brillantes. El moañés, más allá de la técnica mostrada en su juventud, también se ha destapado como goleador. Desde su debut en Salamanca en 2008 ha pasado más de un lustro. Desde entonces ha disputado 150 partidos y ha marcado un total de 50 dianas en competición oficial.

El “diez” morracense ha firmado unas cifras espectaculares. Se ganó la plaza con el primer equipo con sus dos goles salvadores ante el Alavés. Desde entonces una multitud de tantos y asistencias han convertido a Iago Aspas en una de las leyendas del celtismo. En la primera temporada de Paco Herrera como técnico dejó dianas espectaculares como el gol de tacón ante el Villarreal B o el disparo sin ángulo que batió a Roberto, meta del Granada, en el campeonato regular. La campaña siguiente se erigió en el gran goleador del equipo vigués. 23 goles para ayudar a certificar el ascenso y doce tantos para lograr la permanencia.

Su último servicio con la zamarra celeste quedará en la retina de la afición. Era el minuto 14 de partido contra el Espanyol cuando le rompió la cintura a Diego Colotto con uno de sus regates imposibles. Tras su asistencia a Natxo Insa llegó el delirio. El alicantino marcaba y el Celta, desde las 21:15 horas del 1 de junio, se mantenía como equipo de Primera División. Fue una jugada premonitoria. Un movimiento que se puede ver con asiduidad la próxima temporada en Anfield. Apertura a banda para arrastrar central y pase al corazón del área la llegada del centrocampista desde segunda línea. Es una de las múltiples cualidades de Iago Aspas, un jugador que, de momento, es uno de los candidatos a convertirse en jugador revelación de la Premier League. Mimbres, desde luego, le sobran.