El juez que investiga la denuncia por violación y lesiones contra el futbolista del Betis Rubén Castro ha decidido citar como testigos a los empleados de un hotel donde pasó la noche y a las personas que estaban en una discoteca, ante las contradicciones entre el acusado y la exnovia que lo ha denunciado.

Fuentes judiciales han informado a Efe de que el futbolista ha sido imputado por el juez de Violencia de Género 3 de Sevilla por un presunto delito de lesiones y otro de agresión sexual contemplado en el artículo 179 del Código Penal, que sanciona con prisión de entre 6 y 12 años el acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal contra la voluntad de la víctima.

Han precisado las fuentes que "hay confusión y contradicciones sobre lo ocurrido", por lo que el juez va a tomar declaración a testigos y empleados del hotel para intentar aclarar el asunto.

El forense que examinó a la denunciante, una exnovia del futbolista, recogió lesiones en cara y cuello pero no se ha pronunciado sobre lesiones de índole sexual, han precisado las fuentes.

Esta ausencia de indicios de agresión sexual y las contradicciones entre denunciante y denunciado llevaron a la Fiscalía de Violencia de Género a no pedir para el futbolista prisión preventiva.

La denunciante, una chica de 24 años que hace meses mantuvo una relación con el futbolista, denunció que la agresión ocurrió en la noche del domingo, cuando Castro estaba con otros futbolistas en una discoteca de la avenida de la Palmera de Sevilla, tras el partido contra el Zaragoza.

La joven accedió a la zona donde estaban los futbolistas y entabló una discusión con Rubén Castro que continuó en las puertas del local, donde supuestamente fue golpeada en la cara y el cuello.

Según su denuncia, Castro la obligó a meterse en su coche y la trasladó a un hotel del barrio de Nervión, donde presuntamente se produjo la agresión sexual, tras lo cual el lunes denunció los hechos a la Policía y el futbolista fue detenido el martes al finalizar el entrenamiento. Tras permanecer tres horas en el juzgado, Rubén Castro quedó libre con una medida de alejamiento de 300 metros de la denunciante.