Hay vida. El Celta ha vuelto a asaltar el José Zorrilla y da un paso clave para llegar con opciones de salvación a la última jornada. El gol de Cabral, en una jugada a balón parado, y el tanto de penalti de Iago Aspas permiten al equipo de Abel Resino alimentar el sueño de la permanencia. Las cuentas son claras. Ganar la próxima jornada en Balaídos al Espanyol y que el Deportivo no doblegue a la Real Sociedad.

Abel Resino despejó la incógnita de la defensa. El toledano no hizo demasiados experimentos. Cabral fue el elegido para ser la pareja de Andrés Túñez en el eje de la zaga. El lateral derecho sería para Carlos Bellvís. El resto, el once habitual. Una alineación diseñada para dar el golpe en el José Zorrilla para seguir con vida en lucha por la permanencia.

El conjunto vigués salió intenso. En juego estaba la continuidad en la élite del fútbol español. El Celta volvía a entregarse al poderío físico de Álex López y a la calidad de Iago Aspas, Krohn-Dehli y Augusto Fernández. El Valladolid asumía el envite. Ebert y Larsson eran las principales bazas del equipo de Djukic, que también intentaba explotar el poderío en el juego aéreo de Manucho.

Las principales ocasiones eran para el cuadro celeste. Iago Aspas avisaba con un remate que se iba alto. El moañés no estaba demasiado activos en los primeros compases. Sí se ofrecían Álex López y Krohn-Dehli. La medular era totalmente visitante. Oubiña distribuía y recuperaba mientras que Natxo Insa aportaba esa intensidad que le ha llevado a ser una pieza indispensable para Abel Resino.

Al filo de la media hora llegaría una de las jugadas determinantes del partido. Krohn-Dehli recogía en banda el rechace a un saque de esquina que había pateado él mismo. El internacional danés preparó el centro, era una nueva oportunidad para sorprender a la zaga blanquivioleta. Augusto Fernández peinó el envío del "vikingo". Justo en el segundo palo estaba Gustavo Cabral. El argentino, recambio del sancionado Jonathan Vila, remató en plancha. El esférico se fue al fondo de la red. El Celta se había adelantado en el José Zorrilla con un gol a balón parado (sólo ha conseguido tres esta temporada).

El Valladolid reaccionó tras el gol. Buscó mediante las bandas la portería de Javi Varas, pero Manucho estuvo bien atado por los centrales celestes. En la recta final del primer período el conjunto vigués debería sobreponerse a un nuevo contratiempo. Larsson "hacía la cama" a Javi Varas. El sevillano sufría una luxación de codo tras una caída escalofriante. Era el final de temporada para el guardameta procedente del Sevilla FC. Llegaba la hora de Rubén Blanco. El prometedor portero de Mos debutaba con el primer equipo justo el día en el que su Celta se jugaba su futuro en la élite del fútbol español.

El internacional con las categorías inferiores de la selección española aceptó sin problemas el envite. Mostró pronto sus cualidades al despejar un disparo de Manucho. Rubén Blanco parecía un veterano en el cuerpo de un joven de 17 años. Dirigía con autoridad a la defensa y se mostraba frío, impasible, a pesar de lo que estaba en juego en el José Zorrilla.

En el segundo período el Celta volvió a evidenciar que se jugaba la vida. Continuó la intensidad y la verticalidad hacia el marco de Jaime. Iago Aspas desperdiciaba un mano a mano con Jaime. Poco después, nuevo turno de réplica para el cuadro celeste. Estrada Fernández señalaba mano de Marc Valiente en el área. El moañés asumió sus galones y transformó la pena máxima. El conjunto vigués abría brecha en el marcador.

El partido se abrió. Se convirtió en un intercambio de golpes en el que el peligro lo seguía protagonizando el equipo de Abel Resino. Jaime se erigió como uno de los destacados del equipo pucelano. El guardameta blanquivioleta sacó una gran mano al disparo lejano de Krohn-Dehli (parte del esférico incluso traspasó la línea de gol) y volvió a estar imperial en dos duelos con Bellvís y Roberto Lago, respectivamente.

El cuadro que dirige Miroslav Djukic no bajó los brazos. El técnico serbio movió pronto banquillo. Nada más comenzar el segundo período introdujo a Alberto Bueno por Larsson y refrescó su sala de máquinas con la entrada de Sastre por Álvaro Rubio. Sin embargo, el Valladolid no estuvo acertado de cara al marco contrario. El delantero formado en las categorías inferiores del Real Madrid tuvo la ocasión más clara. Su cabezazo, buscando el contrapié de Rubén Blanco, se encontró con una mano espectacular del portero mosense. Fue la acción de más peligro de los pucelanos, que seguían intentando hacer daño a la zaga celeste con centros desde las bandas para explotar la baza de Manucho.

Al final, triunfo visitante. El Celta vuelve a ganar en el José Zorrilla y llegará con vida a la última jornada. El desenlace de la competición será dramático para el fútbol gallego. La salvación del conjunto vigués lleva implica el descenso del Deportivo. El equipo de Abel Resino mejora su situación con respecto a la previa del duelo ante el Valladolid. Las cuentas son claras. La permanencia pasa por doblegar al Espanyol y que los de Fernando Vázquez no hagan lo propio ante la Real Sociedad, Más morbo, imposible. Será un final de curso para la historia.

Ficha técnica:

Valladolid: Jaime; Rukavina, Sereno (Rueda, 61’), Marc Valiente, Peña; Álvaro Rubio (Sastre, 46’), Víctor Pérez; Ebert, Óscar, Larsson (Bueno, 46’); y Manucho.

Celta: Javi Varas (Rubén Blanco, 44’); Bellvís, Cabral, Túñez, Roberto Lago; Oubiña, Natxo Insa, Álex López (Madinda, 80’); Augusto Fernández (Orellana, 63’), Krohn-Dehli e Iago Aspas.

Goles: 0-1: Cabral (27’); 0-2: Iago Aspas (pen.) (55’)

Árbitro: Estrada Fernández (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a Álvaro Rubio, Larsson, Sastre y Marc Valiente por parte del Valladolid mientras que por el Celta vieron cartulina amarilla Cabral y Oubiña.