El Frigoríficos del Morrazo acaricia la permanencia después de una trabajada victoria ante el Cuatro Rayas Valladolid en una nueva exhibición de fe y coraje de los hombres que entrena Víctor García, "Pillo". La escuadra canguesa suma dos puntos vitales que le permiten traspasar toda la presión a Academia Octavio y Guadalajara y depender de sí mismo en la última jornada de liga, en la que se visitará al Villa de Aranda.

No fue un duelo de gran calidad. El Cangas ha llegado al final de la temporada bajo mínimos y con la enfermería al completo. Así que, a falta de otros argumentos, los locales echan mano de actitud y de una encomiable capacidad de sufrimiento. Sus duelos adquieren tintes heroicos y el de ayer fue el mejor ejemplo. En apenas seis minutos perdía a Santana por lesión y a los 24 ya tenía a Adrián Rosales con dos exclusiones. Levente, con la muñeca izquierda destrozada y pendiente de una intervención quirúrgica, fue uno de sus mejores elementos ofensivos. Aún así, no solo no le perdió la cara al choque, sino que casi siempre mantuvo el marcador inclinado a su favor. Todo ello en medio de una lamentable actuación arbitral, que perjudicó de modo notable a los de O Morrazo.

Los colegiados metieron precisamente a los vallisoletanos en el partido en los últimos instantes con una discutida exclusión a Fernando Eijo. Alonso ponía el 25-24. Soliño erraba el penalti de la sentencia y Adrián blocaba un lanzamiento postrero de Eilert para júbilo de O Gatañal.