Juan Domínguez, centrocampista del Deportivo, ha asegurado que el encuentro de mañana ante el Espanyol en el estadio de Riazor es una final para el equipo coruñés, que si pierde quedará "prácticamente muerto".

"Todos lo tenemos claro, tanto aquí como la gente fuera: toca ganar, no hay alternativa. Es un partido que se puede denominar final, no para conseguir la salvación, sino para no estar prácticamente muertos si perdemos", comentó en rueda de prensa.

El canterano reconoció que es "una situación casi límite" para el Deportivo, pero advirtió de que la plantilla es "experta" y no se dejará llevar por la ansiedad en un encuentro que, curiosamente, coincide para el equipo coruñés con el día que logró el título de Liga en el año 2000, ante el mismo rival y en el mismo escenario.

"Coincide así y sería bonito ganar, sobre todo por los tres puntos. Sería un buen recuerdo ganar un partido tan importante y que sirva de homenaje", explicó el joven futbolista, que cuando el Deportivo se proclamó campeón aún no había llegado a la cantera, tenía diez años y vio el partido con sus amigos, pero no pudo acudir al campo.

Trece años después, enfrente estará el mismo rival, el Espanyol, del que no se fía Juan Domínguez porque todavía tiene opciones de clasificarse para Europa.

"Creemos que van a venir al cien por cien, a tope. Intentarán forzar hasta el final para intentar entrar en Europa. No van a venir de paseo a Riazor. Eso lo tenemos claro", sentenció.