Aunque los arbitrajes no son la causa directa de la precaria situación clasificatoria del Celta, nadie pone en duda que los árbitros han lastrado al equipo celeste en la carrera por la permanencia en Primera División. La gota que ha colmado del vaso ha sido el gol legal anulado por fuera de juego a Andrés Túñez el pasado domingo en el Benito Villamarín. Este último error ha desatado la indignación del plantel celeste, que ha clamado contra los arbitrajes sufridos por el equipo en la recta decisiva del campeonato.

El primero en quejarse fue el técnico, Abel Resino, quien tras el partido detalló algunos de los errores que han perjudicado al Celta en el último mes de competición e instó al club a actuar. "El Celta debería pronunciarse", afirmó el técnico. La recomendación de Resino, sin embargo, no ha tenido eco en Plaza de España, que mantiene su política de brazos caídos en sus relaciones con el estamento arbitral. "El Celta no va a realizar ninguna declaración sobre este asunto", se limitó ayer a señalar un portavoz del club.

Al silencio institucional de la entidad, no se han sumado sin embargo los jugadores celestes. El más duro con el colectivo que preside Victoriano Sánchez Arminio ha sido Quique de Lucas. Nada más concluir el partido contra el Betis el futbolista catalán pidió que se investigasen también las apuestas que hacen los árbitros en un guiño a la investigación abierta contra algunos futbolistas del Levante por el supuesto amaño del partido contra el deportivo. De Lucas exigió también que se castigase al culpable del error, el juez de línea Victoriano Díaz Casado. Y algo de mala conciencia debe haber cuando el Comité de Árbitros han decidido enviar a este auxiliar, que había sido designado el próximo Getafe-Valencia, a la nevera.

Pero llueve sobre mojado y en la plantilla del Celta este pequeño gesto ha sido acogido con indiferencia. "Los puntos ya no los tenemos. Esa posibilidad de tener diez minutos por delante, con el marcador 1-1 y el partido abierto, ya desapareció", lamentó ayer Borja Oubiña, quien se adhirió a la denuncia realizar la víspera por De Lucas. "Claro que nos sentimos perjudicados por los árbitros, mis compañeros ya hablaron ayer (por el domingo) claro sobre este tema", declaró el capitán celeste. Y subrayó: "LLevamos dos penaltis a favor en toda la Liga y no hemos jugado ningún partido en superioridad numérica. No estamos teniendo suerte con los árbitros, la verdad. Y más claro que mis compañeros no voy a hablar".

Borja Oubiña detalló los errores arbitrales que ha sufrido el Celta en el último mes de competición. "Se equivocaron en Mallorca (no señalando dos penaltis claros a favor del Celta), y también con el Atlético de Madrid (dando validez a un gol en fuera de juego) y contra la Real Sociedad también (expulsión rigurosa de Augusto) y también contra el Deportivo y en Vallecas (expulsión de Cabral). No enumeró el capitán otros errores que han perjudicado al conjunto celeste como el penalti inventado con que Muñiz Fernández castigó a Jony en el Ciutat de Valencia, que no tuvo finalmente trascendencia en el marcador, o gol en flagrante fuera de juego de Jordi Alba en el Camp Nou. "Hay cosas que son difíciles de entender", dijo Oubiña en referencia a este gol y al marcado en Sevilla por Túñez.

Pese al grave perjuicio que los errores de los árbitros han causado este curso al Celta, el capitán no cuestiona la política de silencio institucional del club en relación a los arbitrajes. "El club está por encima de nosotros, los futbolistas. Son ellos los que deciden cuál es la estrategia a seguir en estos temas. Y nosotros tenemos que dedicarnos a lo nuestro", declaró.