El Celta sigue haciendo historia, y ayer se clasificó para las semifinales de la Copa de Campeones después de eliminar al Real Madrid en un partido dominado de principio a fin y que finalizó con goleada de los vigueses, que se enfrentarán el jueves al Villarreal, a partir de las 17 horas, en el Estadio de Balaídos.

El Celta fue fiel al juego desarrollado a lo largo de la temporada. Los vigueses presionaron la línea de salida del conjunto merengue para que éstos no estuvieran cómodos sobre el terreno de juego. La presión le permitió robar varios balones, y en el primero de ellos Santi Mina condujo por banda el balón sacándose de encima a dos jugadores del Real Madrid, se colocó el balón y se la cruzó a Alfonso.

El gol incrementó la estima de los célticos, que no modificaron su forma de juego continuando con la presión en la línea medular, robo de balones y salir con mucha rapidez a la contra. El Real Madrid seguía totalmente desaparecido. De nuevo un robo de balón dejó a Santi Mina sólo con el balón, que volvió a cruzar el balón ante la salida de Alfonso.

La única ocasión del conjunto merengue en la primera media hora de juego llegó en el minuto veinticuatro, con una falta botada por Raúl de Tomás que se estrelló en el palo de la portería de Yago. Hasta ese momento, la defensa del Celta había conseguido sacar el balón sin excesivos agobios.

A pesar de la ventaja en el marcador, el Celta no renunció a seguir buscando la portería del Real Madrid, y a diez minutos para el descanso Borja saca un córner y Pablo Pérez remata a gol en el segundo palo, provocando el delirio en la grada de A Madroa. Un 3-0 que hacía justicia a lo que estaba sucediendo sobre el terreno de juego. Ramis no esperó al descanso para realizar los primeros cambios, y a siete minutos para el final dio entrada a Legaz y Jusue. El Real Madrid maquilló al descanso el resultado con un penalti transformado por Raúl de Tomás tras una mano de Thaylor dentro del área.

La segunda parte comenzó con movimiento, ya que el Real Madrid se fue arriba para reducir diferencias, pero no habían pasado cinco minutos cuando Fernán conseguía el cuarto para los célticos, lo que encarrilaba el partido. No todo serían alegrías, ya que cinco minutos después, el árbitro expulsaba a Goldar al mostrarle la segunda amarilla, en una acción en la que no hubo absolutamente nada.

A partir de ese momento el Real Madrid se mostró un poco más ambicioso, pero el Celta seguía estando muy bien situado sobre el terreno de juego, y las veces que el cuadro merengue llegaba a su área se resolvía muy bien el peligro, con lo que el reloj jugaba a favor del Celta, que seguía mandando en el marcador.

La presión del Real Madrid en ataque duró muy poco. El equipo de Luis Miguel Ramis comenzó a desinflarse y se deshinchó en muy poco tiempo, lo que aprovechó el Celta para seguir buscando ese tanto que sentenciara definitivamente la contienda. David de Dios, entrenador céltico, movió el banquillo reforzando la línea medular, y esa fue una de las causas por las que el Real Madrid fue incapaz de llegar con más peligro al área.

El Real Madrid volvió a marcar a falta de nueve minutos para la conclusión del encuentro por mediación de Jusue, pero el colegiado anuló el tanto a instancias de su auxiliar, por fuera de juego. La imposibilidad de llegar, llevó a los madrileños a intentarlo desde lejos, pero todos esos balones eran para un Celta que seguía muy bien colocado.