La relación de Iago Aspas con los defensas centrales del Deportivo nunca ha sido buena. En los duelos en Segunda División con Colotto hubo más que reproches. La marcha del argentino la solucionó el conjunto blanquiazul con Carlos Marchena, que con 33 años lleva un largo recorrido: Sevilla, Benfica, Valencia, Villarreal y selección española, con la que conquistó una Eurocopa y una Copa del Mundo. El sevillano mantuvo un intenso duelo con el moañés en el partido de la primera vuelta en Balaídos. Marchena llegó a agarrar por el cuello al delantero del Celta en uno de sus numerosos desencuentros durante un partido que finalizó con el marcador en tablas (1-1).

Con estos antecedentes, en el Celta estaban preocupados por cómo podía comportarse Aspas en la visita a Riazor, un estadio donde es el centro de los insultos. Es el único jugador del Celta sobre el que se personalizan los cánticos ofensivos desde antes incluso de que llegue el equipo vigués a Riazor.

Y Aspas no parece superar ese ambiente de excitación que se origina en los derbis. Con el marcador en contra y el estadio enfervorizado, el atacante del Celta buscó la portería de Aranzubía pero el balón se fue a la grada de los seguidores radicales, que se mofaron del error. El moañés reaccionó de mala manera, como queriendo además responder al desprecio que Marchena le había dedicado en Balaídos.