La representante de la Abogacía del Estado en el juicio oral de la Operación Puerto, Lucía Pedrero, ha desmontado las "doce mentiras de Eufemiano Fuentes" con un demoledor informe final trufado de abundante bibliografía, como las declaraciones oficiales realizadas en 2006 cuando estalló el caso, o los elocuentes 'pinchazos' telefónicos, dejando en una posición muy complicada a la defensa del médico canario.

En su detallado análisis de las "contradicciones y mentiras" de Eufemiano Fuentes, uno de los cinco imputados en este juicio que ha iniciado la recta final, la letrada expuso cada caso y la documentación oficial que efectivamente desmentía la versión ofrecida por el médico en su declaración.

Las "mentiras" son: que nunca se puso en peligro la salud de los deportistas porque solo se velaba por su salud; que se hacían analíticas antes y después de las extracciones; que las extracciones solo se hacían cuando el hematocrito era elevado; que conservaban la sangre porque podía tener utilidad en caso de accidente; que se daba información a los clientes sobre los riesgos; que a los ciclistas en competición no se les hacían transfusiones; que Isidro Nozal y Jesús Manzano no eran clientes de Eufemiano; que los arcones frigoríficos tenían sistemas de seguridad; que no sabía que el glicerol era de exclusivo uso hospitalario; que usaban jerga por temor a la prensa; que Merino conocía la identidad de todos los pacientes; y que las bolsas de sangre fueron dañadas por la Guardia Civil.

La mayoría de esas "mentiras" hacían referencia a las transfusiones sanguíneas practicadas por Fuentes, que defendió en su testimonio que nunca había puesto en peligro la salud de los deportistas.

"Hemos oído a los peritos decir que el incumplimiento de la normas ya entraña un riesgo y lo oído en las conservaciones telefónicas es escandaloso, sustituyendo sustancias y haciendo 'mil trampas' con las máquinas. Sí se ha puesto en peligro, si no cómo se explican los problemas de Jorg Jaksche, Jesús Manzano o Tyler Hamilton -testigos del juicio-. Si Hamilton no se murió fue de milagro, le pusieron sangre vaya a usted a saber de quién por un error", rememoró Pedrero.