El partido estaba a punto de finalizar. Quedaban tan sólo dos minutos. Pero Manu, cometiendo un error muy grave, permitió al Alondras sumar un empate que premió la reacción del equipo de O Morrazo en la segunda mitad, tras un primer periodo en el que el Dorneda le superó de forma evidente. El equipo rojiblanco sumó su segundo empate desde la llegada de Curiel a su banquillo..

El encuentro comenzó bajo un intenso diluvio, que en diez minutos encharcó el césped de O Condús, cosa que varió quizá las tácticas de uno y otro de cara al encuentro, jugando sobre encharcado. La lluvia torrencial sentó mejor al Dorneda, que en los primeros minutos acechó la meta de Nando. Pudo llegar el gol del conjunto oleirense en un remate en propia puerta de Toni, en un cabezazo de Michi a la salida de un córner que sacó un defensa situado junto al poste izquierdo, y en una tercera ocasión de Juan, que disparó alto.

El Alondras poco a poco se fue asentando en el encuentro, y en su única llegada seria a la meta de Manu en todo el primer tiempo a punto estuvo de marcar su gol en O Condús. Lo cierto es que el tanto sobrevoló la portería local, pero ni Abraham ni Andrés se entendieron.

Sin embargo, el Dorneda daba mayor peligro al conjunto rojiblanco que viceversa. Un mal despeje de la zaga visitante permitió a Dani Deza rematar de espaldas a la portería en una posición incómoda y el balón se estrelló en el larguero. Se avecinaba el gol, y así fue y por partida doble, justo antes del descanso: primero Michi remató a placer tras aprovecharse de un balón suelto tras un mal despeje de Chichi. Y Cheki, en boca de gol, puso el 2-0 a un minuto para el descanso.

El conjunto preparado por Curiel, con el viento a favor tras el intermedio, creó más peligro en el segundo tiempo. El zurdo Carlos Campo perdonó el 2-1, pero se desquitó a los cinco minutos tras efectuar un libre directo que se coló por la escuadra de la portería.

El Alondras pasó a manejar la situación y pisar con frecuencia el área de Manu, aunque el Dorneda generaba peligro en los contraataques.

El conjunto rojiblanco encontró tras muchos intentos y bastante sufrimiento atrás el 2-2 en la jugada más inesperada. Un inofensivo despeje de Toni se convirtió en el empate, tras un fallo de Manu, que estando adelantado, no calculó bien el bote y el balón le superó por alto.