El Celta despachó con un empate que sabe a poco un clásico extraño, disputado con el cuchillo entre los dientes, que Undiano Mallenco deslució con una expulsión injusta. Jugando en inferioridad, el conjunto de Herrera generó más peligro que su adversario y le superó en fútbol y en ambición, pero cedió terreno con viento a favor, pagó un elevado precio por un único error defensivo y se vio abocado a una proeza que no llegó.

bermejo

No hubo lugar para la sorpresa en el once de Herrera. El preparador celeste desplegó sobre el tapete de Balaídos un esquema de dos delanteros con Aspas como punta de lanza y Bermejo, la novedad, de enganche. Y no tardó en surtir efecto la estrategia, pues entre ambos fabricaron el primer gol antes de cumplirse el minuto 8 de juego. La jugada la inició, con gran inteligencia, Roberto Lago, que puso un balón en profundidad hacia Aspas que pilló a contrapié a la zaga herculina y permitió al moañés galopar casi sin oposición hacia Aranzubia. Cuando Marchena la salió al paso, Aspas la sirvió (un tanto defectuosa) al segundo palo donde esperaba Bermejo, que sólo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red.

La contra, mortal de necesidad, fue el primer aviso de la ambición con que el Celta entró el partido y que se aplacó muy pronto. Cabral, siempre activo en la estrategia, cortejó el gol en una jugada ensayada y casi a continuación lo rondó Aspas en un robo de balón. Pero con viento a favor, el equipo vigués se relajó, bajó el pistón y permitió rehacerse al rival, que se apoderó del balón. Entonces apareció Valerón.

valerón

En un derbi no se puede fiar uno de su sombra. Y menos si enfrente tienes a un tipo del talento de Juan Carlos Valerón. Al canario le bastó que defensa céltica se mostrase poco expeditiva en un par de acciones para olfatear la sangre y abrir a Juan Domínguez una autopista hacia la portería del Celta. Dos titubeos en el despeje, un último pase maestro y el Domínguez, habilitado por Lago, se plantó ante Varas con toda la portería a su disposición para anotar el empate.

El tanto deportivista descentró al Celta, que cedió la batuta al adversario que gobernó el partido, pero no fue capaz de aproximarse a los dominios de Javi Varas con peligro. Curioso problema el de este Celta, que concede muy pocas ocasiones al rival, pero acaba dilapidando su capital defensivo con errores pueriles o, como sucedió ayer, por falta de determinación para sacarse la pelota de encima en zona de peligro.

injusta expulsión de cabral

La igualdad de fuerzas que había presidido el choque en los últimos minutos del primer tiempo se rompió de golpe con la injusta expulsión de Gustavo Cabral por obra y gracia de Undiano Mallenco, que mostró consecutivamente dos tarjetas amarillas al zaguero argentino del Celta por otras tantas faltas que no merecían tal consideración ni en una estricta aplicación del reglamento, sobre todo si se considera que el colegiado navarro no aplicó el mismo rasero en la primera parte, con un derribo de Zé Castro a Iago Aspas en la frontal del área, que debería haber supuesto la segunda tarjeta amarilla y, por tanto, la expulsión del jugador portugués del Deportivo.

La retirada forzosa de Cabral propició el debut con la zamarra celeste de Samuel Llorca, que suplió a Bermejo, sacrificado por Herrera como medida preventiva para defender en inferioridad el empate. Y el alicantino, que salió de sobrante, cumplió con rigor y tranquilidad y ofreció buenas prestaciones defensivas en un momento complicado.

el celta no se rinde

La situación de inferioridad numérica no restó ambición al Celta, que cedió la pelota al Deportivo, plegó velas y trató de sorprender saliendo disparado a la contra. No le fue nada mal con diez al equipo vigués, que se negó a entregar la cuchara y trató de hacer buena la vieja máxima de Helenio Herrera.

El Deportivo tuvo la pelota pero fue el Celta el que gobernó el partido, con velocidad, verticalidad y ambición. Liderado por un gran Krohn Dehli, que ya había buscado el gol con un lanzamiento que salió lamiendo el palo tras el descanso, los celestes pusieron contra las cuerdas a su rival con una gran acción del danés que Roberto Lago cruzó en exceso y una magnífica combinación entre Augusto, Mallo y Aspas que el moañés, en el cogollo del área, envió a unos escasos centímetros de la cruceta. Del Deportivo casi no hubo noticias.

cambios con intención

Herrera se mostró intencionalidad con los cambios. El primero fue obligado por la expulsión pero luego refrescó el medio campo con Toni, que suplió a Augusto, y jugó al final la baza de Park para reemplazar a un Aspas extenuado.