Park Chu-Young debutó ayer en Balaídos protagonizando la jugada soñada por cualquier futbolista: marcó el gol de la victoria del Celta en la primera acción en la que intervino tras sustituir a Bermejo. Tres minutos tardó el delantero surcoreano en conquistar a la afición céltica, que a esas alturas del partido ya presagiaba otro doloroso final para su equipo, que comenzó ganando gracias a un gol de Augusto pero, como le ocurre más a menudo de lo deseado, permitió que el rival se le subiese a las barbas en apenas dos minutos. Otro despiste defensivo que deberá corregirse con urgencia para no pasar tantos apuros. Pero entonces apareció Park por el área del Getafe para realizar un salto de kárate e introducir la pelota en la portería de Moyá. El caramelo se lo había regalado Krohn-Dehli, quien antes sirvió también desde la izquierda el balón con el que Augusto se estrenó como goleador celeste tras una galopada desde el medio del campo.

Ayer, los tres jugadores que fichó el Celta para reforzar la delantera pusieron la calidad y los goles que le permiten sumar su segunda victoria y lo sitúan en la zona media de la tabla clasificatoria. Tres puntos que suponen una gran dosis de autoestima para un equipo que intenta crecer en Primera División con más de la mitad de canteranos en su once titular.

Los de Herrera, ayer, crecieron unos centímetros más en su apuesta por pasar sin apuros por este primer año en la élite. Se los ganaron a base de talento y trabajo desde los primeros minutos, pues salieron concentrados y con ganas de resolver pronto el encuentro ante un Getafe que aplicó el guion previsto: esperar atrás un fallo del rival para montar un rápido contraataque. Pero en la primera mitad, el conjunto madrileño tuvo que conformarse con acertar en un pase a la espalda de los centrales del Celta para inquietar a Varas, que no tuvo que intervenir.

La pelota hasta el descanso estuvo casi siempre en los pies de los célticos, que la manejaron con cierta parsimonia y posesiones largas. Encontraron rendijas en el muro de contención que aparecía enfrente. Comenzó Bermejo con los lanzamientos. El primero en el minuto tres. Después fue Krohn-Dehli, que tampoco encontró puerta. A los once minutos, Aspas pudo marcar pero su remate con la derecha se fue al poste de Moyá.

El Celta seguía sin resolver una de las asignaturas pendientes y volvía a carecer de acierto en el remate. Porque Bermejo tuvo el gol muy cerca tras pisar el balón en el área y burlar al defensa. Su lanzamiento se iba al fondo de la red pero el balón rebotó en la espalda de un rival. Krohn-Dehli y Bermejo, de nuevo, en la última jugada de la primera parte, desperdiciaron buenas oportunidades.

Los célticos se iban a la ducha con la sensación de que el adversario resultaba asequible. Solo era cuestión de tiempo y paciencia para poder derribar un muro en el que la pareja que formaban Lopo y Alexis en el centro no encontraba sosiego con Aspas y con Bermejo.

El Getafe se quedó perplejo cuando el Celta utilizó su misma táctica para abrir el marcado. Era el minuto 56. Los de Herrera frenaban como podían el empuje del rival, que cedió el balón, le llegó a Kronh-Dehli, que se fue de dos rivales, cruzó hacia el centro, vio a Augusto en carrera por la derecha y le sirvió una asistencia perfecta para que el argentino desenfundase la pierna y fusilase a Moyá.

Los célticos celebraron con tanta alegría el tanto que se olvidaron del partido. En la siguiente jugada, Diego Castro tuvo un claro remate de cabeza pero le regaló la pelota a Varas. A continuación, el pontevedrés se fue a la línea de fondo y tocó para atrás para que la nueva perla del Getafe, el marroquí Barrada, clavase el balón por el centro de la portería.

Herrera, entonces, decidió que Park se estrenase en Balaídos. Y el coreano tocó el primer balón para marcar el segundo del Celta. Balaídos vivía la situación soñada con el último fichaje del equipo, que había debutado con la camiseta celeste una semana antes en Valencia.

Con la ventaja en el marcador, al Celta le tocó afrontar otra difícil prueba: mantener la ventaja ante un rival que le puso más intensidad y fuerza al juego, buscando que el balón estuviese siempre en el campo de los célticos. Esperaban que los recién ascendidos volviesen a caer en otro error defensivo para igualar el marcador. Colgó balones al área de Varas y recurrió a diversas triquiñuelas.

En una de esas acciones, Alexis le dio un manotazo a Hugo Mallo. El árbitro expulsó al veterano defensa del Getafe. Antes había mandado al vestuario a Paco Herrera por insistir en sus protestas. Balaídos reclamaba el final del partido, feliz por el estreno de Park.