La Vig-Bay, con solo 13 años de vida, ya forma parte del patrimonio deportivo de Vigo y del sur de Galicia. Su magnetismo tiene mucho que ver con la explosión de esta clase de pruebas en los últimos años, pero sus peculiaridades la distinguen del resto.

La media maratón, una de las más populosas que se celebran en España, sacó músculo el domingo y ofreció el espectáculo de sus 4.500 personas invadiendo los dos carriles de la avenida de Samil durante la salida. La carrera que reunió a poco más de 600 personas en su primera edición ha multiplicado sus participantes casi por ocho. Una progresión imparable y al mismo tiempo calculada por una organización que ahora debe tomar medidas importantes de cara a las próximas ediciones.

La Vig-Bay quiere crecer, pero tal y como está concebida en estos instantes, debe realizar algunas modificaciones considerables. La edición de 2012 ha superado las expectativas de los organizadores, que insisten en que sin ninguna clase de problema habrían superado los 5.500 inscritos si no hubiesen limitado la participación. Todo hace pensar que como mínimo en 2013 van a intentar superar los 5.000 participantes. Una cifra simbólica y que supondrá el comienzo de una nueva era en la Vig-Bay.

Ahora bien, el nuevo salto obligará con absoluta seguridad a modificar el recorrido de la carrera que prácticamente no se ha tocado desde el nacimiento de la prueba. La vuelta en Samil, que hacía que los atletas recorriesen los cuatro primeros kilómetros por la playa con dos pasos por la línea de salida, desaparecerá. El pelotón es tan largo que resulta probable que la cabeza de carrera alcance a los últimos clasificados, que tardan casi tres minutos en comenzar la carrera desde que se da el pistoletazo de salida. Si la organización decide que la prueba arranque desde Samil directamente en dirección a Baiona obliga a buscar durante el recorrido los casi tres kilómetros que se dan en la playa viguesa. Y ello supone uno de los quebraderos de cabeza de la organización. La opción más probable es que después del kilómetro catorce, cuando se baja de la carretera de Baiona a Playa América, en vez de girar a la izquierda se haga en dirección a Panxón y tratar de ganar por esa zona los kilómetros antes de recuperar de nuevo el recorrido tradicional hacia Playa América, A Ramallosa, Sabarís y Baiona. Ahora mismo es la opción más sólida.

La meta de Baiona también podría sufrir alguna modificación. Se retrasaría un poco más y la intención es que la zona donde los atletas se recuperan y disponen de diferentes servicios para atenderles se amplíe. La opción más lógica es invadir la explanada de La Palma. Es otro de los detalles que la organización manejará con tranquilidad.