Enero dulce para el Celta. 2012, año destinado por los augures al cataclismo universal, sonríe en sus aperitivos a los celestes. El fútbol les perdona los pecados. Premia sus esfuerzos. Un camino que parece conducir a Primera. Pero conviene huir de euforias. 2011 ya fue traicionero.

La penuria del colista

El Nástic es un colista prototípico de Segunda. Posee calidad. Pero está flojo de oficio y de cabeza. D´Alessandro, quien sabe si para contentar a su coro mediático, apuesta por respetar el balón. Pero el balón se les ha convertido en enemigo. No aseguran lo esencial, que es la trinchera. En el ida y vuelta, lo normal es que se imponga el contendiente sano, que es el Celta. El gol de Lago acabó con esa escasa moral que los tarraconenses habían tejido durante la semana.

Primera parte descosida

A Herrera le salió el equipo descosido, con demasiada distancia entre líneas. Oubiña no llevó la presión tan arriba como suele. Los laterales tardaron en soltar amarras. El Nástic contragolpeó incluso con robos en su propia frontal. Es cierto que la defensa céltica, incluso pese a algún desliz grueso, transmite calma con el balón merodeándole el área. Es un avance.

Día de imprecisiones

Le sucede incluso al Barça en los últimos tiempos. No se sabe bien por qué, pero hay días en que un jugador amanece impreciso. Coincidieron demasiados en la pesadez: Oubiña, Álex, Orellana, De Lucas, Bermejo... Al Celta le costó proporcionar continuidad a la fase combinativa.

Siempre de lucas

Administra sus esfuerzos. En ocasiones se ofusca. Ayer tenía desviada la mira telescópica. Restaba más que añadía. Pero Herrera no quiso reemplazar a De Lucas y se entiende. El catalán aparece, antes o después, para resolver. Lo hizo en la acción que mejor lo distingue: el centro lateral, elevado en este caso aunque luzca especialmente en el raso. No hay que restarle mérito a Lago, lateral con gol. Son estas apariciones sorpresivas las que hacen estallar los esquemas previstos.

Banquillo profundo

Dice Herrera que el Celta no tiene la mejor plantilla. Uno piensa que al contrario, no tiene el mejor once inicial pero sí una riqueza de recursos que admite escasa comparación en la categoría. Al menos en la zona de creación. Herrera llamó a su especialista en resolver atascos, Joan Herrera, y el Tintín céltico se introdujo entre las costuras del Nástic. Amplió las opciones de pase. Y el técnico aún pudo incrementar la energía y la capacidad de toque de la escuadra con Toni y Iago Aspas. La tarea compleja que se le presenta al entrenador es mantener con un nivel mínimo de satisfacción a todos los integrantes de una plantilla en forma.