El Celta aprovecha de nuevo el iniciar la jornada de Liga para dormir en la segunda posición gracias a los tres puntos que ayer sumó ante el Nàstic, al que venció gracias a un gol de Roberto Lago en el segundo tiempo. En la primera mitad, el rival aprovechó la indolencia con la que salió el Celta para dominar y crear las mejores ocasiones, pero los de D´Alessandro carecen de pegada, como demostró Orbegozo en el último minuto.

El Celta se contagió de la fría temperatura ambiental, de la noche y de las gradas semivacías que presentaba ayer Balaídos, donde los de Herrera necesitan ser invulnerables si quieren aspirar al ascenso. Comenzó poco motivado ayer el conjunto celeste y el Nàstic se estiró más de lo esperado, después de que Hugo Mallo protagonizara la primera ocasión de gol nada más ponerse el balón en movimiento.

El primer susto en los dominios celestes lo provocó Morán, que se encontró solo con la pelota en el área y su remate lo interceptó Túñez. Cuatro minutos después, en el 26, Yoel cerró bien su puerta cuando Powel lo encaró tras recibir un regalo de Túñez.

El guardameta vigués necesitaba emplearse a fondo para incrementar la marca de 278 minutos imbatido que llevaba desde que Olmo lo batió en la visita del Sabadell a Vigo. El Nàstic obligaba a que Yoel calentase sus guantes, con los que a cinco minutos del descanso atajó un remate a bocajarro de Longás.

Los célticos habían caído en la emboscada que D´Alessandro había preparado para conseguir tres puntos que le acortasen a su equipo la distancia con la zona de la salvación. Los grana se defendían con orden y atacaban con decisión ante la indolencia de un adversario al que le faltaba intensidad para imponer su mayor calidad. Con ese comportamiento parecía difícil que el Celta pudiese cumplir el deseo de acostarse en la segunda posición, como había ocurrido una semana antes ante el Alcoyano. Poco tenía que ver la actitud celeste entre uno y otro encuentro.

Antes del descanso, los celestes aprovecharon un contragolpe para plantarse ante Rubén Pérez. Bermejo asistió al hueco para David Rodríguez, que llegó muy justo en su carrera y no pudo superar al portero tarraconense. Esta acción, y el lanzamiento de falta de De Lucas en el minuto 24 fueron las acciones en ataque de los celestes en la primera mitad.

La imagen ofrecida por los locales obligaba a tomar decisiones drásticas en el vestuario. Herrera dio entrada a Joan Tomás por Bermejo. El equipo vigués notó el cambio. Con el catalán en la mediapunta, encontró la conexión que le faltó en la primera mitad entre los dos pivotes y el ataque. Y el Nàstic no tardó en acusarlo porque en un ataque conducido por De Lucas, el barcelonés mandó un centro maravilloso desde la derecha para la llegada en velocidad de Roberto Lago, que marcó de cabeza.

Casi una hora había necesitado el conjunto celeste para demostrar la diferencia que actualmente existe entre ambos conjuntos, separados en la clasificación por una veintena de puntos.

El gol le dio tranquilidad y lucidez a los célticos, que se supieron a producir más acciones de ataque por las bandas y sin dejar que los grana llegasen con claridad a las inmediaciones de Yoel, que se preparaba para celebrar el cuarto partido consecutivo sin encajar goles.

Orellana, uno de los más activos en el ataque céltico pudo sentenciar dos minutos después del tanto de Lago. El chileno mandó fuera un remate franco que se había originado en Joan Tomás. Su aparición en el partido había resultado muy positiva para los intereses de su equipo, que por fin dominaba el juego y la situación.

Quedaba claro, una vez más, que las victorias en Segunda requieren mucha concentración y esfuerzo y que las diferencias en la clasificación apenas son perceptibles en el campo si los favoritos no se toman en serio la competición.

Herrera volvió a buscar soluciones en el banquillo para sentenciar. Toni por De Lucas y Aspas por David Rodríguez le dieron más alegría al ataque del Celta, que sufría para frenar los ataques desesperados del equipo de D´Alessandro, al que una nueva derrota le sitúa en una difícil situación a pesar de que llegó a Tarragona el pasado mes de noviembre para intentar salvar a Nàstic.

Los grana tuvieron la ocasión para sumar el empate. Orbegozo, cedido estos días por el Athletic, lanzó manso un balón que le llegó cuando se encontraba solo ante Yoel, que suma 368 minutos sin encajar un gol.