En la primavera de 1961 nacía una religión en Cangas. Lo hacía desde la nada, sin un templo en el que rendirle culto e incluso sin excesiva vocación de continuidad. Hoy, ese capricho de unos ilusionados jóvenes se ha convertido en la mejor seña de identidad de un pueblo absolutamente entregado a este deporte. El balonmano cumple 50 años en Cangas y el día 3 de enero el salón de plenos del concello acogerá la presentación de un libro de fotografías que recoge su historia en cerca de 300 imágenes y que será el anticipo del que se editará a final de temporada pero más centrado en los aspectos históricos.

Una historia iniciada por pioneros como Pepe Penelas, Julio Lago, Pepe Iglesias, Pío Cubeiro, Manolo Diz, Simón, Manolo, Antonio y Pepe Chapela, "Zarra". A ellos les corresponde el mérito de haber formado ese primigenio equipo, bajo el nombre de Luceros, que debutó ante el Alerta en el colegio Alba de Vigo con una victoria por 4-5 que anticiparía una trayectoria plagada de éxitos. Una historia escrita también por Toñito, Juan Abalo, Camiña, Cao, Quino, Nené, Mundo, Carra, Curi, Quique, Anxo, Fontán, Pablo y Suso Soliño, los 14 jugadores que han militado diez o más temporadas en la primera plantilla, y que ayer se reunieron de nuevo en el pabellón de O Gatañal.

Ese año se inscribió el equipo de forma oficial en categoría juvenil ganando su primer partido €ante el Ponce de León€ y estrenándose en Cangas gracias a la generosidad de Luis Hernández, que donó unas porterías para que se improvisase un campo en la avenida Méndez Núñez. Allí se marcaban con cal las líneas, se situaban las porterías y el público se agolpaba para ver aquellos duelos entre adoquines. Entre esos aficionados había un niño de 11 años que muy poco después se convertiría en el alma mater del club, su actual presidente Manuel Camiña.

A partir de 1968 la avenida de Vicenti, entre la alameda vieja y el comercio de Indalecio, se convirtió en el campo "oficial" del Luceros, obligando a cortar el tráfico para ello, y utilizando la antigua Librería Victoria, la plaza de abastos y otros locales como vestuarios para árbitros y jugadores. En estas peculiares condiciones el club cangués logró dos ascensos a Segunda y Primera Provincial (ésta en la temporada 1970-1971). Ya en 1969 había nacido la sección femenina del Luceros Oje, con un equipo formado entonces por Fina, Charo, Teresa, Mari Luz, Ana, Concha, Tere, Rosita, Mari, Marta y Mari Carmen.

En 1972 se acondicionó en el frente marítimo la pista del aterrado, que estará en activo durante cinco temporadas. En este periodo, en el año 1974, el Luceros pasa a formar parte de la estructura del Alondras. Y en 1977 el Alondras dejará de jugar a la intemperie tras 16 años y pasará a disputar sus encuentros en el pabellón de Romarigo. En esa temporada llegará el primer extranjero de la historia del balonmano cangués, el yugoslavo Bozidar. Con su aportación y la del resto de compañeros el equipo se proclama campeón de Primera Provincial y disputa la fase de ascenso, quedándose a las puertas del mismo. Habrá que esperar poco, a la temporada 1980-1981 para que los alondristas repitan éxito en el Provincial y hagan valer el factor campo en la fase de ascenso, derrotando al Corrales de Buelna de Santander. Son años de constante progresión, en la que se acaricia la gloria una y otra vez. En la campaña 1982-1983 se logra el primer puesto en Segunda División Nacional pero en la fase de ascenso no se consigue el salto de categoría.

Época dorada

La historia del Alondras de balonmano finaliza en 1984, cuando se funda el Balonmán Cangas con Pepe Iglesias como primer presidente. Durante dos años se juega en el pabellón de Castrillón hasta regresar al de Romarigo una vez éste pasó a ser municipal. Tras una obligada adaptación, el Cangas Aralva se proclama campeón del grupo gallego en la campaña 88-89 y, como anfitrión de la fase de ascenso, se impone a Avilesina y Cultural Frea de Valladolid para ascender a Primera Nacional B. Y sólo dos temporadas más tarde se sube a Primera Nacional.

Se estaba cociendo la mejor época del balonmano cangués. El 18 de septiembre de 1993 se inaugura O Gatañal y esa misma temporada se disputa la fase de ascenso a la Liga Asobal, cayendo ante Ademar de León y Toledo. No habría que esperar mucho más para que el sueño se convirtiese en realidad. En la campaña 94-95 el equipo finalizó la liga regular tercero tras Barakaldo y San Antonio. El Ademar esperaba en la promoción de ascenso a doble partido. El Frigoríficos ganó en casa y defendió su renta en una noche mágica en León que no se perdieron 2.000 aficionados cangueses. Cereijo, Dasilva, Oleg, César Núñez, Petricevic, Adolfo, Esteban, José Luis, Anxo, Abel, Manu, Peñacoba, Vasco, Soliño, Juncal y Nacho fueron los héroes de una orquesta que contó con Modesto Augusto como director.

Fue el inicio de un idilio de once temporadas en la mejor Liga del balonmano mundial, con el broche de oro de la clasificación europea con Alejandro López en el banquillo en la campaña 2004-2005. El Cangas no tuvo suerte en el emparejamiento con el Viborg, que lo eliminó a doble partido.