Míchel Salgado ha querido enviar un mensaje a los aficionados del Blackburn Rovers y evitar que los seguidores del conjunto en el que milita desde verano de 2009 crean que su ausencia en los terrenos de juego se ha debido a su falta de implicación y compromiso con el club que le paga. Todo se debe, según relató, a la decisión del club de evitar que siga sumando partidos y conseguir la renovación automática por una temporada más.

El lateral, a través de Sky, televisión con la que colabora para comentar partidos de la Liga española, ha dejado claro que "quiero que los aficionados sepan que lo único que deseo hacer es ayudar al equipo, ayudar al Blackburn a sobrevivir en la Premier League, pero los dueños y el técnico no me permiten hacerlo".

El defensa, que ha sufrido diferentes problemas físicos a lo largo de esta temporada, ya se ha recuperado de ellos, pero el técnico le han comunicado que no van a contar más con él a partir de estos momentos. La razón de esta postura del Blackburn Rovers es que Michel renovaría automáticamente por una temporada más si llega a jugar otros nueve partidos con el conjunto británico. Para evitar esta circunstancia y prolongar el contrato de un futbolista que tiene una ficha bastante elevada, el equipo ha tomado la decisión radical de impedirle jugar más partidos.

Su entrenador, Steve Kean, le dejó nuevamente fuera de la lista de convocados para el partido que ayer jugaron ante el Bolton en una evidente demostración de que piensan cumplir con su intención de que Míchel no vuelva a vestir la camiseta del Blackburn. El técnico le ha dado a Míchel cinco días libres se supone que para replantearse la situación y estudiar la posibilidad de salir del equipo en el mercado invernal, una opción que los ingleses verían con muy buenos ojos. Otra cosa es lo que piensa el lateral gallego que hasta hace bien poco estaba convencido de que continuaría en el Blackburn porque jugaría los partidos necesarios para conseguir la renovación automática. Su idea, cuando terminase la etapa en el fútbol inglés, era buscar una nueva experiencia en algún campeonato "exótico" como podría ser el norteamericano o marcharse a los Emiratos Árabes. Lo que parece evidente es que Míchel, a sus 36 años, aún está convencido de que le queda cuerda para un rato.