Paco Herrera se va satisfecho de Alcorcón. Le tenía mucho respeto al conjunto madrileño. Sabía que el encuentro se movería en coordenadas que a sus jugadores les resultan ásperas. Tuvo éxito inicialmente su apuesta por Bellvís como interior. Concienció bien al colectivo. Si acaso, se le puede reprochar que no arriesgase una pizca más en el tramo final para intentar aliviar el agobio defensivo. El técnico céltico reconoce que en esa fase no encontró fórmulas adecuadas. Prefirió ser práctico. El empate es una cosecha adecuada.

"El Alcorcón es un equipo que todos los demás de Segunda envidian en cuanto a su insistencia, su agresividad, su empuje. No dejan jugar. Pero además, cuando recuperan, sí saben qué hacer con el balón", admite Paco Herrera. "Nosotros realizamos una buena primera parte. Estoy satisfecho con lo que hicimos. Sabíamos a qué veníamos. Hemos tenido un cabezazo a bocajarro, un disparo al palo, un par de centros que se han paseado por delante de la portería. Merecíamos al menos un gol".

El plan falló por culpa de esa nula efectividad. El Alcorcón salvó el trance y se creció. "La segunda parte ha resultado más difícil para nosotros. El rival nos ha apretado muchísimo. Ha sido más mérito de ellos que culpa nuestra. No tuvimos posibilidades. En el balance, estoy contento. Podíamos haber ganado", resume.

Asegura que no poseía recursos para variar el rumbo cuando el viento empezó a soplar contra los intereses célticos. Admite que no encontró la lucidez necesaria para lograrlo. "No teníamos revulsivo. No veía dónde hacerles daño. He sacado a David para buscar su velocidad a espaldas de los centrales. El cambio de Toni ha sido más para arañar unos segundos y apretar a su lateral. Ha sido una sustitución para matar el partido. Yo no he sido capaz de ver esos cambios", comenta, entonando el "mea culpa".

El encuentro le deja más lecturas positivas que negativas. Resalta la solidez colectiva en las acciones a balón parado, por las que tanto se ha sangrado, y además ante un rival especialista en exprimir esta faceta al máximo. "Sabemos que es uno de nuestros problemas. No sé si es por el trabajo, o porque no le doy tanta importancia como antes, ya que incidimos en ello desde la pasada temporada, pero parece que nos libramos de esa pequeña angustia que sufríamos. Veremos en las próximas semanas".

Tiene mucha importancia en esa solvencia la pareja de centrales, la última que ha ensayado. "Oier y Túñez nos dan seguridad. Oier no va tan bien en el juego aéreo porque es más bajo, pero es rápido. Túñez está a un nivel del que debemos estar encantados. El año pasado participó poco. Se podía correr el riesgo de perderlo. Pero está a un nivel extraordinario. Yo me alegro mucho. Es mérito suyo", glosa el técnico.

La prensa local destaca a De Lucas. Herrera conviene: "Merece que le demos una libertad que él sabe entender. Reconoce cuándo llegan los momentos. Nos da cantidad de cosas".