Fabián Orellana salió ayer al rescate de un Celta que se preparaba para afrontar su tercera derrota consecutiva. El chileno sacó de la chistera una ejecución magistral de una falta al borde del área en los minutos de descuento e igualó un partido que Guerra había puesto a favor del Valladolid a la hora de juego tras una decisión controvertida de Paco Herrera.

Orellana evitó in extremis otro grave tropiezo de un equipo que se había pasado gran parte del partido especulando la igualada con un rival que sólo lanzó una vez a portería y fue para adelantarse en el marcador.

El gol de Guerra se lo puso en bandeja el Celta, más bien una decisión técnica, pues a Herrera le salió mal el primer cambio. Sustituyó a Oubiña por Bustos y éste no tardó dos minutos en realizar una mala entrega en el borde del área de Yoel para que Nafti se la entregase a Guerra. El delantero del conjunto pucelano, que el año pasado sumó veintiocho goles, no se lo pensó dos veces y fusiló al portero vigués con un tiro cruzado.

Se cumplía el minuto 65 de juego y el Celta tiraba por la borda un partido en el que había creado más ocasiones que su rival y se había mostrado más ambicioso. Pero como en ocasiones precedentes, los atacantes celestes no estaban atinados. Ni siquiera Orellana, al que Herrera le concedió ayer la titularidad que se había ganado en el partido de Copa.

Con Oubiña mandando en la sala de máquinas y con el chileno inventando asistencias, el Celta llegó con timidez a la portería de un colosal Jaime. El exportero del Elche lo paraba todo, mientras Yoel vivía una tarde plácida porque su defensa ayer estuvo centrada y atenta.

En la primera mitad, David Rodríguez y De Lucas fallaron en la definición en los dos balones más claros que le llegaron. El del toledano se lo sirvió Orellana de tacón. El chileno estaba dispuesto a exponer todo su arte al servicio del equipo, que en la segunda mitad salió con ganas de buscar la victoria. El disparo de Roberto Lago lo sacó con el guante Jaime cuando el balón se colaba por la escuadra. Dos minutos después, en el 49, Orellana lanza flojo un balón que le había enviado Yoel en un preciso saque de portería.

Tras ese arreón de los celestes, el juego volvió a la espesura en la que se desarrolló durante buena parte de la primera mitad. Entonces, Herrera tomó la decisión de reforzar el centro del campo con Bustos, que entró por Oubiña. El alicantino no tardó un minuto en recibir una tarjeta amarilla, y al siguiente entregó el balón a Nafti para que Guerra batiese a Yoel.

El gol desquició al Celta y a su banquillo. Angel Rodríguez, el ayudante de Herrera, fue expulsado por protestar una acción en el centro del campo.

Cuando peor pintaba la tarde para los celestes, el equipo de Herrera se fue al ataque, pero de nuevo se encontró con Jaime, que despejó todos los remates que le mandaban. El Valladolid, con diez por la expulsión de Álvaro Rubio (minuto 76), sufría para mantener la ventaja. Pero entonces, Marc Valiente frena el balón con la mano en el borde del área. Era el minuto 94. Orellana pidió el balón para lanzar la falta y lo puso en la escuadra. Así, salvaba al Celta de otro tropiezo.