El Villarreal ha quedado emparejado en el grupo A en la Liga de Campeones junto al Bayern Múnich, el Manchester City y el Nápoles, probablemente el más complicado de los ocho que se han configurado y que recibirá el calificativo de 'grupo de la muerte'.

La suerte ha sido, en principio, esquiva con el Villarreal al quedar emparejado con rivales de las tres competiciones, junto a la española, más potentes de Europa, como son la alemana, inglesa e italiana.

En ese sentido, el portero Diego López lo ha reflejado con claridad al apuntar que "quizá este es el grupo más difícil de la historia de la Liga de Campeones", en referencia al hecho de que hayan quedado equipos de las cuatro ligas más fuertes de Europa.

Si cualquier rival procedente del primer bombo era temido y difícil, en su caso el Bayern de Múnich, al Villarreal le ha tocado en suerte el equipo menos deseado por el resto del tercer bombo, el Manchester City, en el que militan el exvalencianista David Silva y el exatlético Sergio Agüero.

El potencial adquirido en los últimos años por el City y que ha aumentado en el presente verano, lo convertía en el rival que quería evitar a toda costa el resto de equipos, ya que en su bombo había rivales en teoría mucha más accesibles como el Basilea suizo, Lille francés, Bate Borisov bielorruso, o incluso el Olympiacos griego.

Pero si el City cuenta con una plantilla potente, en el caso del Bayern de Múnich, además de una nómina de jugadores de un nivel similar a los ingleses, también cuenta con un historial plagado de éxitos y una veteranía en la categoría que le otorga el papel de favorito para acceder a la siguiente ronda.

El ataque del equipo bávaro es temible, con la unión de jugadores de la talla de Franck Ribéry, Arjen Robben, Bastian Schweinsteiger y el goleador alemán de ascendencia española Mario Gómez.

Tampoco ha tenido suerte con el rival procedente del último bombo, el que reunía a los equipos con menor coeficiente, ya que le ha correspondido el Nápoles del uruguayo Edinson Cavani y el argentino Ezequiel Lavezzi, que junto al Borussia Dortmund alemán, era el menos deseado del cuarto bombo.

Por contra, en ese misma concentración de equipos estaban otros rivales de menor potencial, como el Otelul Galati rumano, el Viktoria Plzen checo, el Genk belga o el Apoel Nicosia chipriota.

Se la circunstancia de que de que de los tres rivales el Villarreal tan sólo ha jugado en competición oficial con el Napoles, al que se enfrentó precisamente en la temporada pasada en la Liga Europa, en una eliminatoria que superó el equipo español al empatar sin goles en Italia y ganar 2-1 en El Madrigal.

Sin embargo, tanto con el Bayern como con el City el Villarreal nunca se ha cruzado en competición oficial.