Cerillo voló para robar un balón hacia el final de la primera parte, el contrario se giró y al vigués se le clavó la rodilla. Probó a dar zancadas y un rictus de dolor se apoderó de su rostro. Aunque quiso esperar al descanso, camino del vestuario estuvo a punto de irse al suelo a causa de la inestabilidad. El extremo vio la segunda parte con la articulación vendada, con hielo para aliviar la hinchazón. El desasosiego se le multiplicó por la impotencia. "Mi reino por una rodilla", hubiera gritado a lo Ricardo III. Se removió en la silla hasta que la fiesta estalló. Acudieron los compañeros en peregrinación a dedicarle la victoria. En su aritmética, la alegría se impone al sufrimiento.

"Estoy muy feliz. Ahora no importa mi lesión", declara Cerillo. "Hemos dado un paso grandísimo para ascender. El último gol es importantísimo. Nos da casi un punto más. En el general llevamos bastante ventaja. Ganando los tres de casa habremos conseguido el objetivo, salvo goleadas del Obearagón". La cara se le ilumina al hablar de la respuesta de la afición: "Este ambiente es espectacular. Con este lleno… Es increíble. Gracias a la gente".

Las manos sabias del fisioterapeuta Suso Santomé pronostican un grave esguince de ligamentos, como mínimo. Habrá que esperar a que la inflamación baje para que la resonancia confirme el diagnóstico. Aún no se puede descartar la rotura. En cualquier caso, será difícil que el segunda línea pueda reaparecer antes de que concluya la temporada. Cerillo deposita su fe en los compañeros: "Somos una plantilla amplia. Nando ha mejorado muchísimo este año, lo está haciendo muy bien en cada entrenamiento. Puede suplirme perfectamente".

La lesión de Cerillo arroja una sombra de tristeza sobre la euforia académica. "Vamos a ver en qué queda cuando le diagnostiquen bien. Con esa baja tan importante tiene más mérito el triunfo", menciona Quique Domínguez.

El Pilotes ganó sin su máximo goleador, que ejerce también de gerente. Son muchos los esfuerzos compartidos con el presidente, Javier Rodríguez, que le llama "mercenario" con su habitual humor, aunque no puede ocultar que el pesar le asome: "Estoy preocupado. Sabía las ganas que este mercenario tenía de jugar la Copa del Rey. Estaba como loco. Ha sido lo peor con mucho. Esperemos que solo sea un esguince. Lo siento en el alma".