El Academia Octavio confirmó la pasada semana en León que no son un buen equipo con el que jugarse los garbanzos en los últimos diez minutos. Se habla mucho en el atletismo de la velocidad terminal de la que viven muchos competidores y que les lleva a ganar carreras de forma continua gracias al último esfuerzo. Pues algo parecido le sucede al equipo de Quique Domínguez que esta temporada ha salvado seis partidos en los últimos diez minutos en lo que viene a ser una prueba de la fuerza tanto física como mental del actual líder de la División de Honor de Plata. No es una buena costumbre esa de arreglar los partidos en el último momento, pero en un deporte como el balonmano, en el que los partidos caen de un lado u otro por siemples detalles, resulta un valor extra. El sábado por la tarde, en la final que le espera en el pabellón de Navia (18:30 horas) contra el Obearagón Huesca, ésta puede convertirse en una de las principales armas de los de Quique Domínguez porque, salvo milagro, les espera un partido marcado por la igualdad y la tensión.

El primer aviso de lo que sería el Pilotes en estos finales de temporada lo dieron los académicos en Vigo con motivo de la visita del Anaitasuna, un conjunto que arrancó la temporada a la pata coja, pero que a medida que han pasado los meses se han acabado por convertir en un rival temible y uno de los firmes candidatos a ganarse el ascenso en el play off de ascenso. A comienzos de octubre en un encuentro dominado por los pamplonicas, el Pilotes llegó a los diez últimos minutos con una desventaja de tres goles (19-22). Una corajuda defensa y la mano de Cerillo, estelar aquella tarde, permitió a los vigueses llevaerse por 25-24 un partido que parecía condenado.

El siguiente ejemplo lo dio el Pilotes en la visita al Villa de Aranda en un partido en el que fueron por debajo casi todo el segundo tiempo. Entraron a falta de diez minutos un gol por debajo (31-30) y salvaron el empate gracias a un gol de Fran González de golpe franco con el reloj a cero para dar a los vigueses la igualada 35-35.

Más complicada parecía la tarea a finales de enero en Bidasoa. Los olívicos jugaron cincuenta minutos bastante vulgares en Irún donde llegó 24-21 por debajo en el marcador. Mal pintaba el partido. Pero una vez más el espectacular final de los vigueses les condujo a un triunfo por 26-28 que supuso un nuevo golpe anímico a favor del grupo dirigido por Quique Domínguez.

As Travesas volvió a ser en febrero escenario de un nuevo "apretón" del Pilotes Posada. Los vigueses recibían al Pozoblanco, otro conjunto complicado, que dio fe de ello cuando alcanzó los últimos diez minutos con un gol de ventaja (25-26). Pero las paradas de Javi Díaz, el talento de Pablo Cacheda y la determinación de Montávez le dieron a los vigueses el triunfo por 30-29 y el liderato siguió a salvo.

Badajoz fue el siguiente capítulo de esta historia. Allí la cosa también tenía un aspecto horrible para el conjunto vigués que perdía a falta de diez minutos por 26-24, pero volvió a sacar lo mejor de sí tanto en defensa como en ataque para apuntarse el triunfo por un gol (30-31).

El domingo pasado se produjo la última remontada del Pilotes Posada en los minutos esenciales del partido. Sucedió en León ante el Ademar donde el Octavio perdía 23-21. Pero apretaron los dientes en ese instante esencial y acabaron por llevarse el encuentro por 26-28, triunfo que les permite llegar a este determinante encuentro contra el Huesca con dos puntos de ventaja.