El Real Madrid se ha clasificado por fin para los cuartos de final de la Liga de Campeones después de golear (3-0) al Olympique de Lyon en el partido de vuelta de los octavos, disputado en el Santiago Bernabéu, por lo que los blancos estarán entre los ocho mejores del continente después de seis fracasos consecutivos.

Haciendo bueno el empate de la ida, el conjunto de José Mourinho doblegó por primera vez en su historia al cuadro galo, bestia negra el curso pasado y que vendió cara su piel hasta el descanso. Un espectacular gol de Marcelo pasada la media hora de juego y dos de Benzema y Di María en el segundo acto quebraron la barrera de la primera ronda de eliminatorias y abre un nuevo panorama para los madridistas, desconocido en las últimas campañas.

Las ocasiones se sucedieron sin cesar. Un remate de cabeza del '7' tras una falta botada por Xabi Alonso y otra jugada individual del de Madeira que repelió de forma soberbia el meta galo alertaron a la defensa de Puel que se encontraban en territorio enemigo. La zaga francesa, en duda hasta el último momento, fue la titular, con Cissokho y Cris, 'tocado', en el centro.

Corría el minuto 37 y el capitán pifió hasta en dos ocasiones la salida desde atrás. El balón quedó para el tolosarra, que rápido encontró a Cristiano, éste conectó de manera vertiginosa con Marcelo y el lateral inventó. Se internó en el área y afloró su sangre brasileña para inventar un recorte sensacional y batir la meta visitante. Enloqueció él e hizo enloquecer a todo el campo.

Al poco del tanto, y con el Lyon en 'shock', Benzema, el héroe de Gerland, fabricó un remate con la zurda que despejó a córner su compatriota. Antes de enfilar los vestuarios, al ex del Olympique se le anuló un gol por fuera de juego tras un genial centro de Ozil, pero el "gato" ha cambiado y ahora no maúlla, araña. Y lo demostró tras la reanudación poniendo el lazo a la eliminatoria.

El '9', al que le ha sentado de maravilla la lesión de Higuaín --pronto estará recuperado para suerte de los suyos-- y la competencia de Adebayor, es otro muy distinto al que se vio cuando llegó a la capital de España. Se mueve, presiona y golea. El hombre que consiguió hacer que Florentino Pérez se mostrara humano en la ida, volvió a emerger para allanar el cruce tras aprovechar un balón suelto y anotar su séptimo gol en los últimos cuatro partidos.

Tras el segundo, Gomis, que entró en el descanso, probó a Casillas desde lejos, pero fue inútil. Hubo hasta tiempo para que Cristiano se retirara sustituido por primera vez en la temporada --ante el Málaga se fue por lesión en la segunda parte-- y para que el argentino Di María completara la goleada con una buena vaselina. Tocaba disfrutar de los últimos minutos después de temporadas angustiados.