El Coruxo desconoce sus límites

Ni los más optimistas esperaban ver al Coruxo aupado a la novena posición del grupo, y con un partido menos, al finalizar la primera vuelta del campeonato de Segunda División B. Su técnico, Josiño Abalde, quería llegar al paréntesis navideño con 23 puntos y el conjunto vigués ya suma 26. Parte del trabajo está hecho y ahora solamente falta mantener el mismo nivel en la segunda vuelta para certificar una temporada de fábula en el debut en la categoría de bronce.

En el último mes de competición, los vigueses han disputado cinco partidos, con un saldo que muy poco se puede mejorar. De los quince puntos en juego, el Coruxo ha conseguido once, saliendo de una racha de resultados que provocó alguna que otra duda en O Vao.

El partido de ayer ante el filial del Rayo Vallecano fue muy parecido a los últimos encuentros disputados por los vigueses, en los que hay que echar mano del sufrimiento para sacar el partido adelante. Sin embargo, el comienzo del partido no fue así. De salida, los vigueses se hicieron con el balón en el centro del campo, moviéndolo hacia las bandas y llegando con cierto peligro al área rival.

El partido ofrecía buenas sensaciones, y al cuarto de hora llegaba el primer tanto. Fue una jugada con un poco de fortuna, ya que Alcañiz metía el balón en propia puerta. Un premio al esfuerzo de los vigueses.

El gol, sin embargo, no fue bueno para el Coruxo. El equipo de Josiño perdió la posesión del balón. El rival lo robaba en el centro del campo y obligaba a los vigueses a retrasar líneas.

La presión de los madrileños no tuvo recompensa, ya que el Coruxo volvió a estar muy bien situado en defensa, cortando todas las opciones de peligro. En esa media hora de dominio visitante, la defensa de los vigueses volvió a estar a un gran nivel.

En la segunda parte, la situación no varió demasiado. El Rayo Vallecano B volvió a lanzarse sobre la portería viguesa, pero sin demasiada efectividad, ya que la defensa se mantenía sin fisuras y no dejaba que Alberto tuviera un excesivo trabajo. Al poco de iniciarse la reanudación, Josiño oxigenó el centro del campo con la entrada de Víctor Besada. Un poco más tarde Ben reforzaba la punta de ataque con Zurbano.

El Coruxo comenzó a jugar a la contra, y el partido cambió. El Rayo Vallecano B se desesperaba al no ser capaz de tener profundidad, mientras que las contras del Coruxo hacían mucho daño, obligando al conjunto madrileño a salvar, incluso, un balón en la misma línea de gol.

Las contras de los locales cobraban cada vez más peligrosidad, y así a seis minutos para el final, Víctor Besada vio en buena posición a Zurbano, que colocó el balón lejos de Juanca.