El arbitraje ante el Racing solivianta al Rápido

El Rápido de Bouzas regresó de Santander con una extraña sensación tras el arbitraje sufrido ante el Racing de Santander. Los vigueses eran conocedores de la dificultad del encuentro, y lo complicado que es ganar en La Albericia.

A pesar de ello, el partido comenzó bien para los vigueses, que se hacían dueños de la parcela ancha y conseguían dominar a un conjunto santanderino que estaba aletargado y no conseguía reaccionar.

A los veintidós minutos de juego saltaba la sorpresa de la jornada, al adelantarse los vigueses en el marcador por mediación de Collazo. El tanto era un justo premio al esfuerzo que estaban realizando los vigueses.

Sin embargo, la alegría duró muy poco. Ocho minutos más tarde, una entrada de Lobera fue castigada por el colegiado con tarjeta roja directa. Un castigo demasiado cruel para una falta que, como mucho, hubiera sido tarjeta amarilla.

Con esa expulsión el encuentro cambió radicalmente. A pesar de aguantar hasta el descanso, mediado el segundo tiempo llegó el tanto de los santanderinos por mediación de Estrada, en otra polémica jugada, pues fue un balón al área pequeña en donde el portero vigués fue desplazado sin que el colegiado señalara nada.

El tanto dejó muy tocado a los vigueses, que tres minutos más tarde encajaban el segundo acabando con las ilusiones por conseguir algo positivo.

Lo mejor de la jornada fue que los vigueses eludieron los puestos de descenso al no conseguir sumar sus rivales más directos, con lo que el Rápido de Bouzas podrá pasar un fin de año feliz.