¿Por qué no podemos ser amigos?

"Tenemos que hablar", debió decirle el coordinador del Porriño Industrial, Iñaki Fernández, al delegado de los árbitros vigueses, Fernando Iglesias. "Quedemos como amigos". No es conversación que rompe el romance sino al contrario, la oportunidad de un mejor entendimiento. El club porriñés ha convocado a todos los entrenadores de sus categorías inferiores a una charla que dos árbitros ofrecerán el viernes en O Lourambal. La materia es tender puentes entre las dos orillas del fútbol y "que todos ayudemos a que las cosas funcionen mejor", resume Fernández. La jornada se completará con un cursillo de primeros auxilios.

El coordinador del club louriñés estaba preocupado por el alto número de sanciones que sufrían sus entrenadores a causa de sus protestas. Pensó en la palabra como el instrumento para remediarlo y le comentó su idea a Iglesias. "Fenómeno", valora el jefe de los árbitros de la zona. "Para nosotros es importante que nos vean como personas que también podemos equivocarnos. Todos podemos enseñar y aprender mutuamente".

A la cita en O Lourambal acudirán los técnicos y delegados de los catorce equipos que conforman la estructura deportiva del Porriño Industrial. Los árbitros comisionados son Emilio Costas Soto, que pita en Segunda Division B, y Modesto García Ribeiro. Su discurso, abierto a coloquio, consistirá en "una serie de pautas de comportamiento que nos ayuden a respetar a los árbitros y a facilitarles la labor", anticipa Iñaki Fernández. Su objetivo, en suma, es que la gente del club asuma que el árbitro "no es el malo". E igual que los árbitros entiendan que "tampoco nuestros entrenadores tienen siempre la culpa".

El ejercicio de situarse en el rol del otro debiera producir buenos frutos, sin que la "entente cordiale" diferencie al Porriño Industrial de otros equipos. "No es que a partir de ahora vayan a recibir menos sanciones", aclara Fernando Iglesias. "Nuestra intención es que sus entrenadores comprendan que el árbitro puede fallar y no pasa nada".