El Celta sobrevivió a un arbitraje desquiciante con una victoria necesaria, imprescindible para mantener el tipo en lo alto de la tabla, que el grupo de Paco Herrera conquistó con las armas que le distinguen este curso como aspirante a Primera: rigor táctico, apetito voraz e impresionante caudal ofensivo. El triunfo, cimentado con mayor esfuerzo del que cabría suponer al juego desplegado, quiebra una racha negativa de cinco jornadas, disipa dudas y devuelve al equipo vigués a la pomada.

Los platos rotos

David Rodríguez fue concluyente: el Albacete debía pagar los platos rotos en Valladolid. No tardó en cobrarle el talaverano al equipo manchego la loza y la cristalería con un compendio de potencia, velocidad y frialdad ejecutiva: vio pasillo, rompió la cintura a Fragoso con un quiebro vertiginoso, ganó al área y batió a Keylor Navas con un disparo raso y ajustado al palo largo. El gol, séptimo del jugador castellano, acababa con cinco jornadas de secano y ponía al Celta en el camino de la victoria antes de cumplirse el tercer minuto del partido.

El celta no liquida

Frente al Valladolid y el Betis, al Celta le faltó instinto asesino para liquidar al rival cuando lo tuvo a su merced. Algo de esto pasó también ayer con el Albacete. Durante la primera media hora de juego, los celestes manejaron la pelota con fluidez y verticalidad y, frente a un rival desconcertado y amedrentado, generaron un puñado de situaciones de gol muy claras que no subieron al marcador. El dominio celeste fue apabullante hasta que un error de bulto del árbitro metió de nuevo al Albacete en el partido.

Nefasto arbitraje

Por cuarta jornada consecutiva el Celta pagó una elevada factura por errores ajenos. No le falta razón a Paco Herrera cuando señala, sin alzar la voz, que los errores arbitrales han privado a su equipo de un mejor puesto en la tabla. Un riguroso penalti costó el empate en Villarreal; Ceballos Silva le escamoteó dos penaltis ante el Betis; y el exceso de celo Miranda Torres - uno de los mejores colegiados, por cierto, de la categoría- dejó al equipo vigués en inferioridad en Valladolid.

Demasiado castigo como para salir indemne. Y llueve sobre mojado porque ayer la incompetencia del debutante Surede Cuenca también pudo costar cara al Celta. El penalti inventado por supuesto agarrón de Quique de Lucas a De Lerma ocasionó un par de tarjetas y sacó al conjunto de Herrera del partido. En un desmedido afán de reparar esta nueva injusticia, los celestes hicieron la guerra por su cuenta y permitieron rehacerse a un rival atribulado.

Curiosamente, el arbitraje de Sureda Cuenca tampoco contentó al equipo manchego. El árbitro saldó con la expulsión de Lerma una entrada que bien pudo sancionar con amarilla y amonestó en cambio a David Rodríguez después de recibir un codazo en la cara de Tarantino, que sí debió ser expulsado.

Herrera agota su munición

Tal como se pusieron las cosas, Paco Herrera tuvo que agotar su munición para voltear de nuevo el partido frente a un adversario que, tras el empate, le plantó cara. Su primera decisión fue retirar a un desvaído López Garai para rearmar la línea de ataque con Joan Tomás. Un cambio atrevido que proporcionó al equipo excelentes réditos, pues el segundo gol, obra del catalán, desatascó un partido que comenzaba a complicarse. El tanto, tras recibir una gran asistencia de David Rodríguez, fue de hermosa ejecución, llegando desde atrás y rematando en carrera al palo derecho lejos del alcance del competente portero del Albacete.

No agotó ahí Herrera su munición, pues Aspas, que suplió a De Lucas, dio luego el tercer gol a Trashorras (que el lucense cabeceó con parsimonia) y Abalo, que entró de refresco por el canterano Víctor, inclinó el campo por su banda. De nuevo los cambios sirvieron para ganar el partido.

Corrección defensiva

Ander Murillo y Víctor Vázquez solventaron con corrección la difícil papeleta de los laterales. Ambos cumplieron con pulcritud en una posición inhabitual y, aunque las prestaciones ofensivas del equipo disminuyeron por las bandas, el Albacete apenas inquietó, salvo con algún tiro aislado o alguna acción a balón parado a Falcón. Una gran noticia porque la defensa céltica había generado algunas dudas en los últimos partidos.

Regreso a primera línea

El laborioso triunfo obtenido ante el Albacete devuelve al Celta a la primera línea de la batalla por el ascenso. Los celestes se sitúan a un solo punto del segundo, el Rayo Vallecano, verdugo el sábado de la Ponferradina, y reducen su desventaja con el imparable Betis (cuatro por encima tras perder inesperadamente en Cartagena). El conjunto de Herrera amplía además a cuatro puntos su renta con el Valladolid (ayer goleado en Jerez) y deja la séptima plaza a la tranquilizadora distancia de siete puntos.