El Pilotes Posada juega este sábado en Pozoblanco, una de las plazas más espinosas de la División de Honor B. Y es casi seguro que acudirá al partido sin sus dos mejores jugadores, "dos piezas muy importantes, sobre las que está construido el equipo", reconoce el entrenador, Quique Domínguez. Rubén Montávez está descartado. Los académicos prefieren no arriesgar a su central. Xavi Díaz sigue pendiente de lo que decida el Comité de Competición sobre la tarjeta roja que le mostraron ante el Anaitasuna. Al cierre de esta edición se desconocía la sentencia, pero en el equipo vigués se preparan para la sanción de su portero titular. Domínguez lo tiene claro: "Es una buena oportunidad para que Leo Maciel se reivindique". El partido contra los andaluces serán, en consecuencia, una prueba de madurez individual y colectiva, casi un rito de paso a la adultez.

Montávez recibió una buena noticia a comienzos de semana. La lesión en la pierna izquierda que le obligó a retirarse el pasado sábado se quedaba en una simple elongación. Las molestias, sin embargo, persisten y aconsejan que descanse. Xavi Díaz, por su parte, fue expulsado a falta de tres segundos para el final del choque contra los navarros. "Desplazó con el pie el balón para perder tiempo", escribieron los árbitros en su informe. Cerillo, extremo y gerente del Pilotes, estuvo pendiente durante toda la tarde de ayer del dictamen del Comité de Competición. El fax estaba estropeado. Puede que ya hayan decidido o que lo hagan hoy. La suspensión de Díaz durante un partido es más que probable. Quique Domínguez se prepara para esta hipótesis.

Cada caso implica soluciones diferentes. Montávez es el cerebro del equipo, el que maneja el ritmo. "Sus compañeros deben demostrar que están preparados para asumir mayor responsabilidad", indica el entrenador. "Cacheda lo está haciendo y Pablo Macías también podría jugar en ataque. Ha mejorado mucho de sus problemas físicos y está entrenando a buen nivel. También tenemos a Fran González en esa posición". Todos a una intentarán que la ausencia de Montávez no se acuse.

Lo de Xavi Díaz sólo admite el intercambio bajo palos. El rosaleiro da paso a Leo Maciel. El joven argentino se encuentra de repente con el examen al que deseaba someterse. Ante el Bidasoa no jugó; en Almoradí sumó minutos con el choque decidido; ante el Anaita salió a falta de tres segundos para el final, por la roja de Xavi, y realizó la parada que aseguró la victoria viguesa. Aunque técnicamente no era una intervención compleja, tuvo su mérito y Quique se lo reconoce. "Nos dio un punto en una situación más complicada de lo que parecía, en frío, tras haber visto todo el partido desde la grada".

El pontevedrés deposita su fe en este joven argentino, internacional en las categorías inferiores de su país, ambicioso pese a sus aires bohemios. "Leo ha venido a España con muchas ganas de hacerse un nombre. Y en Pozoblanco tendrá la oportunidad de reinvindicarse".

De pareja bajo palos se lleva Domínguez a Edu Salazar, juvenil de segundo año al que ya subió al primer equipo durante la pretemporada. Incluso disputó casi todo el encuentro de Copa Diputación contra el Chapela. "Es un portero que no tiene mucha estatura y envergadura, pero lo suple con rapidez", describe el preparador. "Está progresando mucho". Como Maciel, es un jugador que se enfrenta a la clase de prueba que traza la frontera entre los niños que se divierten y los hombres que cargan en sus espaldas el peso de la vida.