La selección española jugará finalmente contra Grecia el próximo sábado, 4 de septiembre, en los octavos de final del campeonato del Mundo de Baloncesto, una vez finalizada la primera fase que se ha disputado en las ciudades turcas de Kayseri, Estambul, Ankara y Esmirna.

España quedó clasificada en segundo lugar del grupo D, después de que ganara a Canadá 89-67 y de que Nueva Zelanda hiciera lo propio con Francia, 82-70. De esta manera, España evita cruzarse con Estados Unidos hasta la final del torneo.

Rusia y Grecia se jugaron directamente el segundo y tercer puesto del grupo C, y vencieron los rusos por 69-73.

Los octavos de final se disputarán a las 17.00 y 20.00 hora peninsular española (CET), dos menos GMT.

El vencedor del partido España-Grecia se enfrentará con el vencedor del partido Serbia-Croacia, en cuartos de final el miércoles 8 de septiembre.

España y Grecia revivirán de alguna manera la final del pasado campeonato del mundo en Japón, hace cuatro años y un día.

El 3 de septiembre de 2006, España alcanzó la gloria del mundo de la canasta al proclamarse campeona mundial tras vencer en la final a Grecia por 47-70. Ahora, cuatro años y un día después, ambos equipos vuelven a cruzar sus destinos, aunque el premio sea menor: clasificarse para cuartos de final en la misma competición.

La duda de Navarro

En el apartado físico, la gran duda es el capitán, Juan Carlos Navarro, que no pudo jugar contra Canadá por molestias en la espalda y al que el entrenador, Sergio Scariolo, esperará hasta el último momento. Jorge Garbajosa también tiene algunas molestias, pero no habrá problemas para que juegue. El resto estará a las órdenes de Scariolo sin mayores problemas, salvo el cansancio y los golpes acumulados en los cinco partidos de la fase previa.

Grecia, también llamada a hacer un mejor papel en la fase previa, acabó en tercera posición del Grupo C y se medirá con España, que se ha convertido en una especie de bestia negra particular para los helenos.

La gran novedad con respecto a las semifinales del Europeo de Polonia, del año pasado, en el que también se enfrentaron ambos equipos con victoria para España por 82-64, es la presencia "de su gran estrella", como la definió Scariolo, Dimitris Diamantidis.

Además, Grecia mantiene a jugadores de la calidad de Vasileios Spanoulis o Ioannis Bouroussis capaces de decantar un partido por si solos.

El pronóstico es imposible. Por resultados entre ambos los años anteriores, España ganaría fácil, pero por calidad, experiencia y trayectoria en el actual Mundial, cualquiera puede ganar. Como siempre, los pequeños detalles, la defensa, los rebotes y las pérdidas pueden desnivelar el fiel de la balanza.

En esta ocasión el premio no es una medalla mundial o una final europea. Ahora el premio es un billete para los cuartos de final.