P. Valladolid 39

(16+23): Sierra (Svensson,ps), Asier Antonio (-), Tvedten (3), Hugo López (-), Ávila (4), Entrerríos (3), Bilbija (6), Eduard Fernández (8), Gurbindo (5), Milosavljevic (5), Perales (2), Krivokapic (1) y Chuchi Martínez (2).

Pilotes Posada 27

(12+15): Javier Díaz (Lamariano,ps), Gustavo Alonso (1), Stefanovic (1), Infestas (1), Fernández Sedano (-), Masachs (7,3p), Rudovic (8), Crevatin (1), Montavez (4), Toth (1) y Rivera (3,1p).

Marcador cada cinco minutos: 3-2, 6-4, 9-6, 11-8, 14-10, 16-12 (descanso); 21-15, 25-19, 27-21, 31-25 y 39-27 (final). Árbitros: García Rodríguez y Fernández Pérez (colegio andaluz). Excluyeron dos minutos a Asier Antonio (min.26) y Ávila (min.42) del Pevafersa Valladolid y a Crevatin (min.14), Gustavo Alonso (min.24), Fernández Sedano (min.52) y Montávez (min.59), del Octavio Pilotes. Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo séptima jornada de Liga Asobal, disputado en el polideportivo Huerta del Rey ante unos 2.000 espectadores.

El Pilotes Posada sigue con el agua al cuello. Su derrota de ayer en Valladolid le obliga a ganar el martes en la cancha del Arrate para mantener sus esperanzas de salvación. Su derrota ha permitido al Pevafersa confirmar su tercer puesto en la Asobal.

Sin mucha tensión en el ambiente, los vallisoletanos dominaron el juego de principio a fin ante un rival flojo en defensa y falto de ideas en ataque. Los de Juan Carlos Pastor salieron dispuestos a lograr una nueva victoria, pero sin despeinarse demasiado, por lo que se sucedieron errores en los pases y fallos en los lanzamientos, que el conjunto académico aprovechó para acercarse en el marcador (10-8).

Aún así, el Octavio no podía con un Pevafersa más organizado en defensa, que frenó a Josep Masachs, que anotó su primer tanto del partido en el minuto 24, por lo que fue Rudovic el que se echó al equipo a sus espaldas en el terreno ofensivo.

El cuadro local llegó a obtener una ventaja de seis goles (14-8) en el minuto 23, tras la que el técnico visitante, Enrique Domínguez, solicitó un tiempo muerto, para pedir a sus pupilos más intensidad defensiva, que se hizo evidente y además surtió efecto, ya que los vigueses redujeron distancias (14-11).

La mejor circulación de balón de los vallisoletanos y el juego colectivo les dio la oportunidad a los locales de ampliar la ventaja hasta los cuatro goles (16-12), que aumentaría de nuevo hasta los seis (24-18) tras la reanudación, merced a la organización del juego ofensivo y el acierto de jugadores como Bilbija.

El Octavio, ni siquiera jugando sin portero en ataque, para reforzarse ofensivamente, fue capaz de superar a un Pevafersa que se mostró más serio en defensa y supo hacer valer su mayor calidad, por lo que los gallegos, incapaces de frenar las incursiones locales, recibieron un serio correctivo, ya que la renta llegó a los trece goles (38-25), que se reduciría a doce al final (39-27).