El Pontevedra lo tenía todo de cara para instalarse al fin en los puestos de play off de ascenso. Venía de una racha de tres victorias consecutivas, recuperaba a su máximo goleador, Charles, y el Lemona le ayudaba tras perder contra el Eibar el sábado. Los granates sabían que un triunfo ante el Athletic B significaría meterse en el cuarteto de cabeza, pero fueron incapaces de sorprender al filial, la intención de la que hablaba Pablo Alfaro a lo largo de la semana en los entrenamientos.

Quizás los vizcaínos sí se sorprendieron, pero por encontrarse con un encuentro más sencillo del que probablemente se esperaban en el campo de uno de los teóricos candidatos. Los pontevedreses enseñaron por momentos capacidad para imponerse, pero a la hora de finalizar las jugadas de las que dispuso pecó de imprecisión. Por su parte, los canteranos del Bilbao se presentaron con un fútbol muy diferente al que muestran los otros rivales vascos en Pasarón. En vez de un conjunto conservador, hizo gala de un fútbol combinativo y vistoso.