Nuevo tropiezo del conjunto de Milo Abelleira. Esta vez ante un rival que está instalado en la cola de la clasificación y cuyo objetivo era sacar algún punto de su visita a Barreiro. El equipo castellano tuvo bastante surte, ya que a los diez minutos de partido al transformar Iván Agustín un penalti.

El Celta B no se durmió y, en el minuto 27, Oriol Riera, también de pena máxima, volvía a poner las tablas en el marcador. El equipo vigués buscó la victoria pero el mal tiempo provocó que en el césped de Barreiro fuera casi impracticable jugar al fútbol. Un campo embarrado que favorecía al estilo de juego del cuadro visitante.

En la segunda mitad el árbitro expulsó a dos jugadores del Mirandés. Ante este panorama, el Celta B se volcó en ataque pero no fue capaz de aprovechar esa superioridad en el terreno de juego. Al final, primer empate para un filial que ya se había acostumbrado a sumar de tres en tres puntos.