El plan alternativo del Valencia, que jugó con un equipo alternativo y sin la mayoría de sus titulares, sólo dio para empatar (1-1) en Mestalla con el colista del grupo, Slavia de Praga, en un encuentro en el que el equipo checo fue mejor en el primer periodo y el local mejoró en la reanudación.

Las carencias del Valencia cuando no juegan sus delanteros titulares afloran sobremanera y sólo la entrada de Mata y Villa dieron más cohesión ofensiva al equipo en el segundo periodo, aunque no la suficiente para dar, con una victoria, un paso casi decisivo hacia la clasificación.

Los primeros minutos hicieron pensar que el partido iba a ser fácil para el Valencia, un equipo que empezó con mucha fluidez en su juego, posesión de balón y aproximaciones constantes a la meta del Slavia, que parecía un equipo muy inferior.

Poco tiempo duró esa sensación de superioridad local aunque el ritmo del partido no cambió. Para el Valencia no resultaba nada cómodo verse obligado a llevar la iniciativa ante un equipo muy replegado en su parcela, pero el Slavia explotaba al máximo sus opciones atrincherado en su área en pos del contragolpe.

Empezó por adelantarse el Slavia

Ya en el minuto 20 dispuso el equipo checo de una oportunidad que no subió al marcador, por fuera de juego, con gran parada de Moyá incluida, pero en el minuto 27 una galopada espectacular de Hlousek desarboló a Miguel y permitió que Naumov hiciera el 0-1.

En los últimos instantes del primer periodo, los nervios atenazaron al Valencia, que pudo empatar en un disparo de Michel, pero al que le pudo caer el segundo gol en un par de indecisiones defensivas graves.

Con todo ello, el partido llegó a su descanso con ventaja del Slavia de Praga, un rival que se mostraba crecido ante Valencia impotente.

La entrada de Mata por Míchel tras el descanso dio un poco más de claridad al juego local, peor no la suficiente como para pensar que el empate era una cuestión de tiempo, entre otras cosas por la peligrosidad de los contragolpes forasteros.

David Navarro devolvió la esperanza

Al técnico local, Unai Emery, no le quedó más remedio que, con media hora de juego por delante, jugarse el "comodín" Villa. No fue suya la jugada del empate, pero éste llegó un minuto después de su entrada en el terreno de juego. Una falta lanzada por Pablo fue cabeceada a la red por David Navarro.

El Valencia encontraba más espacios con Villa y Mata sobre el césped pero no tenía claridad en los metros finales, ante un Slavia que físicamente estaba bien y que no se descompuso tras el tanto del empate, aunque tuvo menos salida a la contra que en el tramo final del primer periodo.

Quedaban quince minutos cuando Ragued vio su segunda amarilla y fue expulsado. En la falta siguiente, Villa envió el balón al poste.

Así se inauguró el acto final del partido, en el que el Valencia, en superioridad, debía buscar la victoria. Para ello, Emery cambió la contención de Maduro por la creatividad de Banega.

La expulsión de Villa con roja directa por pisar a un rival que le había hecho falta y un nuevo balón al poste, esta vez de Pablo, dieron emoción a los últimos minutos que no fueron diferentes a lo visto hasta entonces con un gran dominio territorial local y contras esporádicas pero inquietantes del Slavia.

Así el empate, reflejó lo visto en partido en el que al Valencia no le faltó el esfuerzo, pero sí las ideas.