La fortuna sonríe al Celta B y hasta Barreiro parece que se ha mudado la esperanza del celtismo. El filial sumó ayer su sexta victoria consecutiva y batió su propio récord de triunfos seguidos en la categoría. Pero la victoria ante el Athletic B tuvo, además, un premio añadido. Los pupilos de Milo Abelleira han empatado a 18 puntos con la Ponferradina, que ocupa el liderato de la Segunda B al contabilizar un gol más que los celestes.

El Celta B sacó petróleo de sus dos ocasiones más claras, aunque tampoco el conjunto bilbaíno hizo méritos para llevarse nada de Barreiro. El cuadro de Luis de la Fuente trató de ralentizar el juego, una propuesta que parecía no gustarle mucho a los célticos, que trataban de acelerar el juego mientras se asentaba, poco a poco, sobre el césped. Entre la espesura visitante, los de Abelleira buscaban la sorpresa, aunque fuera al contragolpe.

Adrien Goñi trató de asustar a los locales en el minuto 21, pero no llegó a tiempo a rematar un centro de cabeza envenenado dentro del área pequeña.

La respuesta céltica no se hizo esperar y dos minutos después Toni enganchó un balón, también en el área pequeña, pero su remate acabó en las manos de Iago.

No hubo mucho más en la primera parte, donde casi toda la acción discurrió en el centro del campo, con un juego que llegó a ser brusco en ocasiones. Se vigilaban demasiado ambos equipos y el juego no fluía como al Celta B le gusta.

Tras el descanso, los célticos metieron una marcha más al encuentro, tratando de ahogar el empuje de los bilbaínos, que en el minuto 60 pudieron adelantarse con un lanzamiento de Mentxaka.

Abelleira dio entrada a Mateo para buscar más mordiente. Fue una decisión acertada. Porque si bien fue Toni el que adelantaba a los vigueses en el minuto 64 al aprovechar un error defensivo de Etxebarria, Lede sentenció el encuentro dos minutos después gracias a un gran centro, precisamente de Mateo.

El Athletic B se lanzó a por todas. Poco tenía ya que perder. Oxigenó su delantera y Julen Goñi puso a prueba los reflejos de Sergio en la recta final, pero el portero estaba muy atento y con una parada impecable evitó que los visitantes se volvieran a meter en el partido. Ya no hubo más historia porque el Celta B ya saboreaba un triunfo de récord.