En su primera defensa del liderato, el Arosa no resistió el intercambio de golpes ante otro peso pesado de la categoría como el Arenteiro. Era el duelo entre el primer y el segundo clasificados en un campo de A Lomba que registró un fenomenal aspecto, no así su equipo que fue palideciendo de manera preocupante a medida que transcurrían los minutos.

Los de O Carballiño, que venían con ganas de enmendar la plana tras su derrota ante el Barbadás, mostraron su agresividad desde el arranque. La presión que ejercieron en la salida del balón de los de Ricardo Fernández se convirtió en su mejor catapulta ofensiva.

Con un conjunto arlequinado al que le costaba combinar con claridad, la presencia de Zaca en ataque se convirtió en un islote al que no se acercaba el balón. El mínimo arsenal ofensivo de los locales se reducía a disparos lejanos de Adrián Camiño, si bien el Arenteiro tampoco llegó con la suficiente intensidad para poner en aprietos a Kiko.

El balón parado se intuía ya como el salvavidas del Arosa ante su colapso ofensivo y nada más comenzar la segunda parte, Adrián Camiño desde 25 metros fue capaz de batir por bajo a Juan ante el regocijo de las pobladas gradas de A Lomba.

Tocaba sacar a relucir el llamado Plan B y el del Arenteiro demostró ser mucho más efectivo que el del Arosa que simplemente no lo tuvo.

Los ourensanos intensificaron aún más su presión sobre los creadores de juego locales situando su línea defensiva prácticamente en mediocampo. Todo ello provocó un cortocircuito en el juego local que no podía contener la avalancha que se le estaba viniendo encima, sobre todo por la banda derecha donde un desbordante Oliveira empezó a dar atisbos de lo que vendría después.

El empate pasó de ser una amenaza a una realidad, y éste llegó en una discutida acción en la que el colegiado hizo caso omiso a su auxiliar que había señalado una posible falta del delantero del Arenteiro, y el tanto de Oliveira subió finalmente al marcador.

Nada parecía variar. Los visitantes habían encontrado la manera de hacerle daño al Arosa y la explotaron hasta sus máximas consecuencias. Presión y más presión hasta que, tras un aviso de Martín con un disparo cruzado, llegó el 1-2 que a la postre sería definitivo en un remate de Oliveira que Martín peinó dentro del área pequeña. Algún disparo lejano de Camiño, único argumento ofensivo local, fue la estéril reacción local.