La selección española llegó a Ereván, tras un día sin entrenamientos dedicado a un largo viaje, para quedar concentrada junto al mítico monte Ararat, que domina una ciudad en la que con la clasificación al Mundial 2010 lograda, ningún ´tocado´ quiere perderse la cita. El seleccionador está pendiente del estado físico de Torres, Güiza y Xavi Hernández.

El monte Ararat es la montaña bíblica sobre la que se posó el Arca de Noé tras el diluvio universal. Preside el horizonte de Ereván, donde un centenar de jóvenes aficionados enloquecieron con los internacionales españoles.

Cada viaje de España a un rincón lejano del mundo se repite una imagen que premia el fútbol de calidad. Los jugadores del Barcelona son los más asediados. Sólo Casillas quita algo de protagonismo a los barcelonistas. También Cesc Fábregas y Fernando Torres.

La selección dedicó el día al desplazamiento de Madrid a Ereván. Fue un vuelo plácido de cinco horas de duración. Aprovecharon para dormir gran parte del vuelo los internacionales. Alguno como Dani Güiza bromea entre cada cabezada y aclara que está en plenas condiciones para jugar y aprovechar la ausencia de Villa. "Estoy recuperado. Arrastraba unos dolores en la rodilla, pero si el míster quiere ahí estaré para dar todo".

Vicente Del Bosque piensa en repartir esfuerzos. Anda pendiente del estado de los ´tocados´ (Xavi Hernández, Fernando Torres y Güiza). Todos quieren jugar. Disfrutar de un partido que suele acabar en goleada con el monte Ararat, de 5.156 metros, aportando mística a un encuentro de transición.