El Perfumerías Avenida inscribió ayer su nombre entre los ganadores del Trofeo Ciudad de Vigo, después de vencer ayer al Celta Indepo en el partido disputado en As Travesas.

El partido de ayer no fue un choque equilibrado. El Perfumerías Avenida está en otra liga, a otro nivel, y eso que aún le faltan por llegar Willingham y Lyttle, al que el Celta Indepo no llegará esta temporada, y eso determinó el desarrolló del choque. Lo de menos fue el resultado, y lo más importante fueron las múltiples conclusiones que habrá sacado el técnico vigués.

El conjunto salmantino utilizó ayer en As Travesas una de las armas que históricamente siempre utilizó el Celta, la velocidad. Cuando el juego era estático, el Celta Indepo mantenía el tipo, movía bien el balón y se mantenía en el encuentro, mientras que cuando perdía con facilidad el balón lo pasaban muy mal haciendo fácil el trabajo del equipo rival.

Las viguesas volvieron a tener ayer un serio problema con los rebotes. Deberemos acostumbrarnos a este problema durante la temporada, ya que va a ser muy común. Egle Stankeviciene no estaba ayer centrada. La lituana perdía con relativa facilidad el balón y en defensa no conseguía frenar a su par. La jugadora se dio cuenta de que no le estaba haciendo bien, cuando no paraba a de mirar a su banquillo buscando la mirada de su entrenador. La charla de Miguel en el descanso tranquilizó a la jugadora, que se entonó tras el paso por el vestuario. Olga Podkovalnikova fue la peor pesadilla del conjunto vigués cuando jugaba en ataque. La rusa, que procede del CSKA de Moscú, frenó los intentos vigueses por acercarse en el marcador.

Buen trabajo de Olga Maznichenko, que día a día se está haciendo un hueco en el equipo, a pesar de que venía a aprender y de Sara Gómez. La arousana está asumiendo un rol en el equipo que en un principio no estaba preparado para ella. Sin lugar a dudas puede ser la jugadora revelación de la temporada, aunque habrá que verla ante rivales del mismo nivel del conjunto vigués para ver cómo responde.

El partido quedó, con todo, estaba resuelto al descanso.