El Pilotes Posada se complica la existencia con una segunda derrota en cuatro días frente a a otro adversario de su Liga. Si el miércoles caían en la cancha del recién ascendido Lábaro Toledo, ayer cedían dos nuevos puntos en casa ante el Alcobendas de Rafa Guijosa.

Cuatro amigos y un japonés se le subieron a las "barbas" al Pilotes Posada y se llevaron de As Travesas los primeros puntos de la temporada. Al final del partido Quique Domínguez hizo hincapié en los nervios de sus jugadores por la presión del entorno (algo poco entendible) como una de las causas de la derrota, así como las inferioridades numéricas. Simples cortinas de humo. Cuando un equipo marca sólo ocho goles en treinta minutos y cede la iniciativa al rival, la consecuencia siguiente es la derrota.

El partido se le puso de cara al Octavio. Un parcial de 4-0 (Stefanovic por partida doble, Cerillo e Infestas) daba la máxima ventaja de todo el partido a los "rojillos", que sin grandes esfuerzos superaba a un Alcobendas que mostraba unos recursos bastante pobres. Si los vigueses seguían por ese mismo sendero, el triunfo final era una simple cuestión de tiempo.

Desde el banquillo madrileño, Rafael Guijosa busca cambiar la mentalidad de los suyos y sitúa en pista al asiático Daisuke Miyazaki que, con el paso de los minutos, conseguía relanzar a su equipo hasta situarlo en un peligroso 12-11 (m.23). Fue un "toque de atención" a los dormidos jugadores locales, que recuperan algo del terreno perdido en tiempo de descanso (15-12).

A pesar de ofrecer una imagen irregular, todo apuntaba a una victoria local por plantilla y calidad. Pero de forma sorprendente el Octavio cedía el testigo al Alcobendas, que supo sacar "tajada" de su momento. Un parcial de 4-10 (19-22, m.43) dejaba helados a los pocos aficionados que se daban cita en As Travesas y que empezaban a pensar que la derrota del Pilotes era posible. Minutos más tarde se confirmaba el desastre.