"He tomado la decisión de no volver a jugar. Lo venía pensando hace varios meses y en Tailandia me di cuenta de que me costaba viajar", aseguró Coria en declaraciones a radio Continental de Buenos Aires.

"Estoy muy feliz con mi decisión. Tengo nuevos proyectos y más tiempo para mi familia", apuntó 'Wily', quien actualmente figura en el puesto 672 del ránking mundial.

El último partido del nacido en la provincia argentina de Santa Fe (centro) fue hace poco más de un mes, en Bangkok, cuando cayó en la primera ronda ante el israelí Harel Levy por 6-3 y 6-2.

"Después de ese partido me di cuenta de que mi problema no era sólo el servicio", destacó el deportista al aludir a un golpe que lo tuvo a maltraer en los últimos años, al punto de convertirse en una suerte de karma.

Coria, cuya última victoria databa del 18 de mayo del año pasado, cuando en Casablanca venció al canadiense Peter Polansky, confesó que ya en 2005 comenzó a sentir "pocas ganas de competir" y a "no tener tanta pasión" por el tenis.

"Y así es imposible hacer las cosas bien. En este deporte hay que estar al 100 por ciento", subrayó.

Su carrera, construida a base de talento, tuvo varios obstáculos que sortear, como un positivo por nandrolona en 2001, el año en que se había producido su explosión en el tenis mundial.

Regresó al circuito en marzo de 2002 y dos años después llegó a la final de Roland Garros, en la que perdió contra su compatriota Gastón Gaudio en un larguísimo y accidentado partido.

Paradójicamente, aquella final, quizás lo máximo que logró en su carrera, supuso un durísimo golpe psicológico que lo marcó definitivamente.

"Estoy muy tranquilo. Hice más de lo que podría haber logrado en el tenis", acotó el ganador de los títulos de Viña del Mar (2001), Hamburgo (2003), Sttutgart (2003), Kitzbuhel (2003), Sopot (2003), Basilea (2003), Buenos Aires (2004), Montecarlo (2004) y Umag (2005).