Tras colocarse en cuartos de final por quinto año consecutivo, Nadal se enfrentará ahora contra la raqueta número dos argentina, contra el que tuvo que levantar cinco bolas de partido en los octavos de final del Master 1000 de Indian Wells este año.

"Nalbandian es un rival de máximo nivel, va a ser dificilísimo. Hay que ver como va, porque estuve muy cerquita de perder contra él", dijo Nadal a pie de pista. "Habrá que salir con máximo respeto y sabiendo que será un partido difícil", añadió.

En la víspera Nadal ya dijo que prefería medirse con Rochus antes que con el francés Richard Gasquet, jugador imprevisible, al que le gusta atacar y con un peligroso revés. Sabía de lo que hablaba.

El belga, de 30 años, 61 del ránking ATP, uno de esos tenistas a los que se conoce peyorativamente en el circuito como un 'pasabolas', no fue rival, y salió a la pista central del RCT Barcelona derrotado, cabizbajo desde el principio, y sólo pudo arrancarle al balear dos juegos en todo el partido.

Quizá el belga era consciente de que, en el único precedente entre ambos, en el Abierto de Australia de este año, acabó vapuleado por el mejor jugador del mundo (6-0, 6-2 y 6-2) o tal vez algo 'tocado' físicamente después de que anoche pidiera la asistencia del fisioterapeuta durante su partido con Gasquet.

El caso que Rochus hizo un partido indigno de una pista central de un torneo ATP. Segundos saques a 74 Km/h, apenas dos o tres golpes ganadores en casi la hora que duro el choque, ni siquiera una esperanzadora bola de rotura que llevarse a la boca.

Nadal, por momentos, pareció apiadarse de él. Le invitaba al peloteo, pero Rochus parecía hacer caso omiso. Cada vez que el español arriesgaba con una bola a la línea, su oponente ni siquiera hacía el gesto de ir a buscarla.

En la tribuna de prensa, los blocs de los periodistas estaban prácticamente en blanco. No había notas que tomar, no había partido que analizar. Rafa Nadal llegó, jugó y se fue sin apenas sudar. Ya lo había hecho por la mañana en un entrenamiento en el que se le vio con mucha más intensidad.

En cuartos, lo tendrá seguro mucho más difícil ante Nalbandian, uno de los poco jugadores con los que tiene un balance desfavorable (2-1) y que siempre da lo mejor de sí cuando se mide con el manacorense.