El santiagués Pedro Nimo (Piélagos Inelecma) logró en el maratón de Viena la mínima para disputar el Mundial de Berlín tras finalizar la prueba austríaca en octava posición, en una carrera que estuvo dominada por el keniata Kirwa Gilbert-Kipruto, con un tiempo de 2.08:21.

Nimo, que debutaba sobre esta distancia en Viena, al igual que el resto de competidores, rebajó con solvencia (2.12:10) el tiempo de corte marcado por el Comité Técnico de la Federación Española de Atletismo, que lo fijó en 2.21.30, y confirmó su presencia en la capital germana en el mes de agosto junto a José Ríos, José Manuel Martínez y Rafael Iglesias.

El Santiago se mostraba ayer “muy contento” por la carrera realizada en Viena, donde finalizó octavo y primer europeo. “Si digo que no pensaba en la mínima, miento. Era lo que me daba la osadía para disputar esta carrera ya que nunca había corrido un maratón”. Nimo confiesa que sufrió “bastante” debido al calor, pero también dijo que se siente “como una de las personas más felices del mundo con su actuación” y que “no me cambiaría por nadie en este momento”.

Se le hizo especialmente duro el tramo desde el kilómetro 37 al 42, donde corrió sólo. “Se me hizo eterno”, confiesa, satisfecho por haber sabido sufrir hasta la línea de meta. “He corrido los 42 kilómetros a un ritmo de 3:10. No sabía que podía hacer algo así. Todavía no me lo creo”, indica.

“A partir del kilómetro 35, cuando ya se apartaron las liebres, me quedé con el atleta local Günter Weidlinger. Le pedí colaboración y no me respondió. Tiré en el primer 1.000 y le volví a pedir que me ayudara pero me dijo que no, así que me sentí con fuerzas y le pegué un hachazo y lo dejé atrás y crucé la meta como el primer blanco”, explica Nimo, todavía impresionado por la afición. “Me dio auténtica envidia ver cómo animaba la gente a Weidlinger, como le gritaban a su atleta, me moría de rabia al ver que aquí no se nos trata así”.

Reiteró que su mayor sufrimiento se debió al calor. “Fue el único lastre. Los pies me ardían”, añade con una voz apagada que delataba su cansancio. “La suerte es que no tuve ningún tipo de problema estomacal. Bebí en todos los avituallamientos y no me sentó mal la cafeína, así que todo perfecto”. En este sentido, valora que “si finalmente voy a Berlín (donde se disputará el Mundial) será una carrera parecida a esta y ya sé que puedo aguantar este sufrimiento”.

El de Santiago, venía de hacer en Azkoitia una gran registro en medio maratón de 1.02:48, que confirmaba su capacidad para afrontar las largas distancias, aunque no sabía cómo se defendería en el maratón. “Ahora es cuando empiezas a pensar y a creerte que puedes hacerlo. Se me viene a la cabeza toda esa gente que me apoyó, incluso en los malos momentos, como Ortega, Vigo y Pascua, y de todos los atletas populares, que me profesan tanto cariño, y una parte de las zancadas que he dado hoy -por ayer- son para ellos”, añadió, al tiempo que lamentó no contar con ningún tipo de ayuda “ni de mi Concello, ni de la Federación, ni de la Xunta”.

“Ahora se me viene a la cabeza toda esa gente que me aconsejaba que me centrara, que lo intentara en serio; y ahora también es cuando me digo que por qué no me habré centrado antes”, analiza con resignación pero también feliz porque ayer por fin dio ese salto cualitativo por el que tanto luchó.