Borja Oubiña lleva diez días ejercitándose al margen del grupo en el gimnasio por precaución. Las cosas comenzaron a torcerse en vísperas de la visita del Celta al Helmántico. Dos días antes del partido ante el Salamanca, el futbolista vigués tuvo que retirarse del entrenamiento con una sobrecarga muscular en el aductor.

Al mismo tiempo Oubiña sufría una leva sobrecarga en la rodilla izquierda, la más recientemente operada, que limitaba su actividad en los entrenamientos. En un primer momento, las molestias eran tolerables pero después del problema en el aductor crecieron en intensidad y los médicos, de acuerdo con el futbolista, decidieron darle un descanso como medida preventiva debido al complejo historial que presenta la rodilla dañada.

Paralelamente, según explica el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, decidieron someter a Borja Oubiña a una resonancia magnética para determinar con exactitud el estado de la articulación. La prueba reveló que el medio centro vigués sufre una sobrecarga en la zona del menisco que se extirpó parcialmente durante la intervención quirúrgica debido a la fricción con la tibia.

Se trata, explica el facultativo, de un problema que no reviste normalmente gravedad, pero que en el caso de la rodilla izquierda de Oubiña adquiere una nueva dimensión debido a los numerosos problemas que han salpicado la tormentosa recuperación del futbolista desde que se lesionó a finales de octubre de 2007 durante un partido con el Birmingham City frente al Liverpool en Anfield. “Lo que para otros futbolistas sería un problema de escasa importancia, en el caso de la rodilla izquierda de Borja hace saltar las alarmas”, admite el doctor García Cota, que añade: “Dados sus antecedentes, hemos decidido limitar por completo su actividad en los entrenamientos y ha comenzado un tratamiento de fisioterapia y de recuperación con Eduardo Parra”.

El caso es que el propio Borja Oubiña compareció el pasado jueves en A Madroa y no concedió demasiada importancia al problema. El medio centro dijo no estar demasiado preocupado y se limitó a descartarse para el duelo frente al Córdoba. Sin embargo, conviene no olvidar que el futbolista tardó catorce meses en volver a vestirse de corto tras ser operado de una lesión cuyo periodo normal de convalecencia es de entre ocho y diez meses.