Según la AFLD, el ciclista "no cumplió con la obligación de permanecer bajo la observación directa y permanente de la persona responsable del control" el pasado 17 de marzo, cuando se encontraba en el departamento de Alpes Marítimos, en la Costa Azul francesa.

La agencia francesa hará este año los controles del Tour de Francia bajo supervisión de la Unión Ciclista Internacional (UCI).

El análisis, vigésimo cuarto al que se somete el ciclista desde su regreso a la competición, no reveló la existencia de sustancia prohibida alguna y, la única alteración que se produjo fue una ducha de Armstrong para la que pidió la pertinente autorización.

Pat McQuaid, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), tachó a la AFLD de poco profesional, ya que "las autoridades francesas decidieron hacer un informe sobre el procedimiento del análisis, enviarlo a la UCI -que no tiene jurisdicción en el caso- y, al mismo tiempo, filtrarlo a la prensa", según declaró en la BBC británica.

"Es un lástima. Estaba muy ilusionado por volver a correr el Tour. Quería ser competitivo e intentar ganar o, al menos, ayudar a ganar a Alberto (Contador) o Levi (Leipheimer)", declaró Armstrong.

"Me sigue apasionando el ciclismo y así puedo seguir con mi otra obsesión, la lucha contra el cáncer", añadió el corredor tejano de 37 años.

"Hubiera querido correr, pero es su carrera, su país y sus normas y contra eso poco puedo hacer", finalizó Lance Armstrong.